En los últimos años, la consolidación del e-commerce en todo el mundo ha transformado la manera de adquirir productos. De hecho, un informe de la firma consultora BlackSip destacó que Colombia ocupa el quinto puesto en el comercio electrónico de Latinoamérica, con una participación del 4,4% después de Brasil (38,3%), Argentina (22%), México (19,6%) y Chile (4,7%), y estimó que las compras a través de estas plataformas alcancen los US$79,7 mil millones en la región este año.
Ante este panorama, la pregunta que muchas personas se hacen a diario es, ¿qué pasará con las tiendas físicas? Para Juan David Rúa, CEO de ePayco, los negocios tradicionales evolucionaron junto con la tecnología para que sus procesos sean más óptimos y se garanticen mejores resultados. Arrendar un local en un centro comercial hace 30 o 40 años era una obligación para varias empresas, porque a través de esa gran vitrina generaban los resultados esperados. En cambio, ahora con una pasarela de pagos adecuada y un sitio web posicionado se generan más ventas y se reducen de forma significativa los altos costos que producen, por ejemplo, los alquileres y los salarios de los trabajadores.
Otro factor a tener en cuenta es el alcance que ha tenido Internet, las redes sociales y su penetración en los hogares colombianos. Recientemente, la firma ComScore señaló que con un alcance del 83,8%, Colombia es el quinto país de Latinoamérica donde más se utilizan las redes sociales. Esto ha representado una enorme oportunidad para que los grandes comercios, mediante campañas mejor segmentadas, lleguen a un público más específico y agilicen sus operaciones comerciales, dejando de lado los stands y locales físicos.
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Gracias a los modernos procesadores de información, los teléfonos inteligentes entran a jugar un papel fundamental en el mercado en línea, como lo indicó a principios de 2019 la firma internacional Statista, que proyecta que el comercio electrónico móvil generará ventas por US$2,3 trillones, una cifra récord que demuestra cómo estos dispositivos transformarán en una década la manera de adquirir y vender para siempre.
“En Colombia aún queda mucho por hacer, pero lo primordial es concienciar a las personas para que pierdan el temor a las transacciones en línea. Un grave error es creer que serán víctimas de fraudes y clonación de sus tarjetas, lo cual es imposible ahora gracias al fortalecimiento de la digitalización y la transparencia de las pasarelas de pago. En ePayco, la cifra de fraude en nuestra pasarela se ubica en 0,4% anual, demostrando que la tecnología bien aplicada es un aliado de todos los sectores de la economía”, destacó Rúa.
También hay que tener en cuenta iniciativas que están contribuyendo al crecimiento del sector. El Gobierno, a través del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (MinTIC), por ejemplo, ha empezado ofrecer de forma gratuita soluciones de comercio en línea para empresarios que deseen empezar a incursionar en este segmento o migrar sus negocios, entendiendo que la verticalidad en el comercio electrónico es una gran oportunidad para ofrecer productos de manera más específica, obteniendo un margen de ganancia y unas condiciones de compra sobre la experiencia de sus clientes.
Más que una opción para los empresarios, el comercio en línea se ha convertido en la vitrina ideal para llevar sus productos y servicios a quienes los buscan a cualquier hora y desde cualquier hogar.
