(Este artículo, publicado originalmente el 17 de noviembre, fue actualizado el 20 del mismo mes con una precisión solicitada por la empresa Drummond Ltd. El lector puede identificar esta actualización después de tres asteriscos *** y la letra cursiva.)
Luego de 20 años de trabajar como operario de retroexcavadora para la carbonera multinacional Drummond, en 2008 Yaber Pérez empezó a sentir un dolor en el pecho que no le permitía respirar.
La situación se tornó más complicada cuando se desmayó en su trabajo. Se sometió a varios exámenes médicos. Los resultados partieron su vida en dos: tenía neumoconiosis del minero etapa II, un tipo de cáncer que les da solo a quienes están expuestos al polvillo del carbón.
“La situación es complicada porque la empresa hace todo lo posible para no reconocer las enfermedades profesionales de sus trabajadores. Se desliga diciendo que eso le compete a la ARL”, contó a Kienyke.com Pérez, quien es padre de tres hijos.
Sin embargo, pese al diagnóstico, la ARL Colmena no reconoció su enfermedad como producto de su oficio sino hasta el 2011. Luego de varias batallas legales el exminero logró que la carboneara lo pensionara, pero ahora lucha por una indemnización por los perjuicios que le ocasionó su labor.
El exminero Yaber Pérez, de 48 años, dice que lucha por una indemnización por parte de la multinacional.
Más casos
Aníbal Pérez, presidente de la Asociación de Trabajadores Enfermos de Drummond, Asotredp, asegura que de los cerca de 4.500 empleados que tiene la compañía alrededor de dos mil están afiliados a su organización, quince de ellos con cáncer de pulmón. "Estos trabajadores trabajan en malas condiciones".
Los asociados expresan que la empresa tiene una responsabilidad directa, pues no cuenta con un programa de seguridad industrial “adecuado” para los empleados. Pérez cuenta en los 18 años que lleva la compañía en el país, 25 trabajadores han perdido la vida en su trabajo y se han reportado alrededor de 8.000 accidentes laborales.
La Asotredp fue fundada en 2010 por un grupo de empleados que fueron despedidos, según los sindicalistas, luego de sufrir algún tipo de accidente profesional. Desde ese momento han enfrentado una guerra legal sin cuartel: demandas, quejas y solicitudes pero pocos los resultados.
Sin embargo, luego de que fueran publicados los hallazgos de una investigación de la Contraloría General en el que se alerta sobre los riesgos en el transporte del mineral en Santa Marta, Asotredp encontró un argumento para que sean tenidas en cuenta sus denuncias.
De acuerdo con el ente de control, “los datos proporcionados por la actual red de monitoreo de calidad de aire operada por Corpamag no reflejan la realidad de la calidad del aire y denotan una mala cuantificación de la contaminación”.
Para el sindicato de trabajadores, los hallazgos confirman que las cifras de calidad del aire que se han tenido en cuenta hasta ahora pueden estar por debajo de la contaminación real. explica el abogado Alejandro Arias.
El caso de Marco Fidel Suárez, quien trabajó como operario durante 16 años en Drummond, es más complicado. Pese a que en 2007 le fue diagnosticado cáncer de pulmón, no le fue aceptada por la multinacional como una enfermedad profesional hasta 2013. “Después de varias batallas legales y dos biopsias, aceptaron que tenía una enfermedad profesional”, cuenta.
Suárez no pudo volver a trabajar. Cuando se enfermó fue despedido de la empresa y tuvo que solventar los gastos de su enfermedad. Hasta hace menos de un año percibe medio salario de la compañía. “Durante seis años estuve desprotegido y desamparado por la empresa para la que trabaje muchos años”, dice con indignación el exminero.
Marco Fidel Suárez, de 51 años, afirma que la multinacional no tiene adecuado manejo de seguridad industrial.
“De acuerdo con el Ministerio de Salud no hay ningún indicio de que la actividad de extracción y transporte de carbón genere un impacto en la salud pública a toda la población”, dice el abogado y periodista Alejandro Arias, quien ha dado la batalla en contra de Drummond por la contaminación ambiental que provoca la explotación.
Por ahora, los empleados afectados piden que la empresa reconozca sus enfermedades y que los indemnice. Así lo resume Pérez: “Buscamos que la Drummond sea sancionada por no tener un programa de seguridad industrial adecuado. Pedimos una indemnización y que la compañía se haga responsable de los enfermos con patologías que adquirieron trabajando”.
No sólo los trabajadores
Una investigación realizada de manera conjunta por la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de los Andes, en la que se estudiaron los casos de 1.627 niños residentes de los municipios de Becerril, Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico, Chiriguaná y El Paso en César, reveló que el 3,85% de los casos estudiados padece alguna enfermedad respiratoria, bien sea asma, fibrilancias o tos frecuente.
Concluye esta investigación que el 17% de los niños entre seis y 10 años residentes en los municipios ubicados en la zona carbonífera del César ha faltado a clase al menos un día al mes por presentar enfermedades respiratorias agudas, entre otras.
Los extrabajadores aseguran que la multinacional no cuenta con un manejo adecuado de seguridad industrial. "Esas máscaras -que dicen valen 300 pesos- no son adecuadas para la manipulación del carbón".
Lo que dice la Drummond
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KienyKe.com remitió a la empresa Drummond un cuestionario, el cual fue respondido a satisfacción. Es necesario aclarar que dicho cuestionario llegó a la redacción de este medio de comunicación, vía correo electrónico, el día 20 de noviembre de 2014, y no en una fecha anterior como se indicó en la primera versión de este texto. En ese documento la compañía hace varias precisiones entre la cuales destacamos las siguientes:
"La compañía aclara que cuenta con un departamento de salud ocupacional, responsable de la implementación del programa de Higiene industrial y Medicina Preventiva y del Trabajo. La prevención primaria la hace Higiene Industrial, cuyas actividades están encaminadas a la identificación, valoración y control de los riesgos que tienen la potencialidad de producir enfermedades; y la prevención secundaria la ejecuta la División Médica en desarrollo de la cual se realizan exámenes médicos ocupacionales de ingreso, de control periódico anual, de reintegro laboral después de una incapacidad, por cambio de ocupación y de retiro".
Drummond "suministra a sus trabajadores protección respiratoria certificada bajo el sello (N95) del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de los Estados Unidos. La mascarilla libre de mantenimiento garantiza una eficiencia del 95% de la filtración de las partículas con tamño -10 micras y un factor de protección de 5 veces el valor límite permitido. Estos protectores se entregan a los empleados diariamente. Además, en los ciclos regulares de entrenamiento, la compañía realiza talleres de sensibilización y consciencia del buen uso de éste y otros elementos de protección personal, pues estamos convencidos de que no es suficiente hacer la entrega de estos elementos, sino que resulta indispensable garantizar su buen uso".
"Es importante aclarar que los casos de Silico-antracosis que se han presentado en la Compañía se han presentado en pacientes que llegaron a Drummond con una larga exposición al polvillo, acumulada en otras empresas, cuyas circunstancias de exposición no conocíamos al momento del ingreso".
A la pregunta de KienyKe.com de si Drummond ¿estaría dispuesta a negociar y responder las pretensiones de los demandantes? La multinacional respondió: "Drummond Ltd. ha cumplido, cumple y seguirá cumpliendo con las obligaciones legales que se desprenden del Sistema de Seguridad Social en Colombia y tenemos un claro compromiso en cuanto a nuestra responsabilidad social empresarial con nuestros empleados y la comunidad. Valga decir que el Sistema de Seguridad Social contempla todas las contingencias de salud que se pueden generar en el ámbito laboral, las cuales no son negociables para la compañía".
Además, la compañía aclara que "es importante señalar también, que las cifras proporcionadas por estos exempleados no reflejan nuestra realidad. No conocemos la fuente de la que se valen estas personas para desinformar a la opinión pública de forma irresponsable. Por ejemplo, la operación de nuestro Puerto se adelante con lata eficiencia y estándares de seguridad industrial por aproximadamente 900 empleados dirextos, ¿cómo podría tenerse este logro con los supuestos 800 enfermos que menciona el señor Anibal Pérez hay en dicha sede? Son cifras que se caen por su propio peso.
De igual forma, desconocemos de dónde sacan los denunciantes las cifras sobre empleados fallecidos por accidentes laborales y enfermedades tales como el cáncer. Repetimos que estos datos no corresponden a la realidad de Drummond Ltd. y podemos demostrar con hechos y datos la realidad sobre estas situaciones planteadas".
Los pulmones de estos trabajadores tienen la indiscutible evidencias de la afectación por el carbón y los muchos informes de especialistas médicos en la materia así lo confirman. Las ARL y demás autoridades insisten en sostener que esto no pasa de ser una gripa mal cuidada y persisten las negativas en el reconocimiento de las prestaciones laborales a las que tienen derecho por causa de la enfermedad.
"El carbón de la Drummond nos enfermó"
Lun, 17/11/2014 - 16:55
(Este artículo, publicado originalmente el 17 de noviembre, fue actualizado el 20 del mismo mes con una precisión solicitada por la empresa Drummond Ltd. El lector puede identificar esta actuali