Lejos quedó el estereotipo de aquellas mujeres que pasaban la mayor cantidad de tiempo en su casa, pendientes única y exclusivamente de atender asuntos familiares y los quehaceres del hogar. La figura de la mujer dependiente del hombre viene desapareciendo desde algunos años.
Según el Banco Mundial, en Colombia la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral es superior al 55%, veinte puntos por encima de la cifra que se registraba al inicio de la década de los 90.
En la vida cotidiana se encuentran realizando todo tipo de actividades, entre ellas, algunas que eran catalogadas como exclusivas para hombres. Tal es el caso de las taxistas, conductores de buses o inclusive futbolistas.
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Según un estudio de Harvard Business Review, en mercados emergentes, las mujeres reinvierten $US90 centavos por cada dólar adicional de ingreso en educación, salud y nutrición de sus familias (comparado con un 30-40% que invierten los hombres).
Lo anterior significa que aumentar los activos e ingresos de las mujeres, a su vez impulsa el desarrollo de la familia, la comunidad y la sociedad en general.
He ahí la importancia de la discusión de las brechas salariales que se ha puesto en la mesa durante los últimos años. Si las mujeres utilizan mejor sus salarios, priorizando en su familia y en cosas que benefician a la sociedad, ¿por qué la brecha salarial entre hombres y mujeres en Colombia, según el Ministerio de Educación, sigue siendo superior al 10%?
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Un ejemplo que evidencia la mejor distribución de sus ingresos por parte de las mujeres, se encuentra día a día en los barrios. Las propietarias de tiendas o negocios comerciales, que muchas veces son madres cabezas de hogar (se estima que el 64% de las tenderas colombianas lo son), se levantan diariamente a atender a sus clientes y vecinos para sacar adelante su familia.
La mujer empoderada del siglo XXI viene aportando aspectos valiosos a la sociedad colombiana, como impulsar la generación de políticas y programas que apalanquen e impulsen el papel de ellas en el país.
Esto es clave para mejorar la economía, permitiendo, por ejemplo, que se reduzca la brecha de desempleo entre hombres y mujeres, la cual según el DANE se situó en 11,1% para mujeres y 6,7% para hombres durante el año 2016.
Mujeres reinvierten mejor su salario que los hombres
Mié, 29/11/2017 - 07:34
Lejos quedó el estereotipo de aquellas mujeres que pasaban la mayor cantidad de tiempo en su casa, pendientes única y exclusivamente de atender asuntos familiares y los quehaceres del hogar. La figu