
Margarita Rosa de Francisco ha vuelto al centro del debate público. Esta vez, no por su trabajo artístico, sino por su activismo político y las repercusiones que este ha generado en redes sociales, particularmente en X (antes Twitter), donde se ha desatado una campaña que busca presionar al gobierno de Estados Unidos para que la deporte.
Con más de 40 años de trayectoria como actriz, escritora, cantante y presentadora, es recordada por su protagonismo en producciones como Café con aroma de mujer, El Desafío y Gallito Ramírez. Sin embargo, en los últimos años su perfil ha girado hacia la opinión política, con un apoyo abierto al presidente Gustavo Petro y sus políticas, lo que la ha convertido en blanco de críticas tanto de simpatizantes como de detractores del actual gobierno colombiano.
La situación escaló recientemente cuando se viralizó una petición en redes sociales dirigida al Departamento de Estado y a una representante del Congreso de Estados Unidos, solicitando que Margarita Rosa de Francisco sea deportada por su postura política. Ante esto, Margarita Rosa respondió públicamente a través de un video en su canal de YouTube Palabras Mayores.
“He estado recibiendo muchos mensajes en X desde cuentas que ya no sé si son personas reales o bots, pidiendo mi deportación por apoyar al presidente actual”, afirmó la actriz.
En su intervención, de Francisco se mostró sorprendida por la virulencia de los ataques, señalando que, desde el punto de vista legal, no existe ningún motivo para que su permanencia en EE. UU. esté en riesgo.
“No tengo antecedentes, no he cometido ningún delito contra este país, mis documentos están en regla y pago impuestos. Vivo con un hombre inmigrante que ha residido aquí por más de 30 años. Los motivos para deportarme tendrían que ser exclusivamente ideológicos”, expresó.
La caleña dejó claro que, aunque no hay fundamentos legales para temer una expulsión, el actual clima político global y la facilidad con la que se propagan campañas de odio en internet la llevan a tomarse el asunto con seriedad.
Las redes no tardaron en polarizarse. Algunos usuarios defendieron su derecho a opinar desde el exterior y señalaron la importancia de la libertad de expresión. Sin embargo, otros la atacaron duramente:
“Te quitarán la visa. Ayudas al caos que vive Colombia, pero vives allá. ¡Venga!”, escribió un usuario. Otro agregó: “Deberías estar viviendo en el barrio más pobre de La Habana, no en EE. UU.”
Este episodio revela una vez más cómo la política puede cruzar fronteras y cómo las redes sociales se convierten en un campo de batalla donde la ideología puede escalar a niveles personales, incluso afectando la estabilidad migratoria de quienes expresan su opinión abiertamente.
Margarita Rosa de Francisco, firme en su postura, no parece dispuesta a silenciarse, a pesar del costo que esto pueda implicar en el entorno político actual. En su video dejó entrever que, aunque el panorama es incierto, no se retirará del debate público.
“Dado el delirio de la dinámica política mundial, no descartaría que algo así pudiera ocurrirme. Entonces sí prefiero tomármelo en serio”, concluyó.