José Pékerman en Rusia disputará su tercer mundial como entrenador, uno con Argentina (2006) y dos con la Selección Colombia (2014 y 2018). El estratega, de 68 años, se ganó la confianza de los jugadores colombianos que lo catalogan como un padre. Tal vez esa es la razón por la que la 'tricolor' ha logrado posicionarse como una de las escuadras más fuertes en la Conmebol.
Y es que los números lo acompañan. 57 puntos logró el estratega en la suma de las dos eliminatorias disputadas. Además de tener el récord de llegar a cuartos de final con Colombia. Una hazaña que podría romper en Rusia.
Sin embargo, no todo ha sido alegría para el argentino. La prensa deportiva colombiana ha sido detractora de sus procesos. Algunos periodistas como Iván Mejía y Carlos Antonio Vélez han manifestado que es "un entrenador que debería trabajar más y tener un trato diferente con los medios de comunicación". Como se conoce, el estratega no concede entrevistas y mantiene a los jugadores concentrados lejos del ojo de los comunicadores.
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Pero aunque la marea hubiera podido sobrepasarlo, logró que los futbolistas colombianos creyeran en él. James Rodríguez, Falcao García, David Ospina y Carlos Sánchez hacen parte de su columna vertebral y además son los primeros que hablan bien de su labor.
"El profe nos ha dado mucha confianza. En lo personal me ha hecho sentir importante en la selección", fue una de las declaraciones de Ospina, el arquero indiscutido de Pékerman.
La vida de Pékerman ha estado ligada por muchos años a Colombia. Como jugador militó en Independiente Medellín de 1975 a 1978. En esa época nació su hija Vannesa, quien siempre ha dicho sentir cariño por el país a pesar de crecer en Argentina.
Matilde, tan argentina como el maté, también se enamoró de las tierras cafeteras. Juró hace más de 30 años estar toda la vida junto a José y así lo ha cumplido. Es el polo a tierra del entrenador cuando los días malos parecen ser más que los buenos.
Incluso cuando en 2012 se confirmó la llegada del estratega al combinado nacional, su esposa fue la primera en respaldarlo y afirmar que "regresar a Colombia era muy lindo por lo vivido cuando era jugador".
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Pékerman se fue y volvió. Lo hizo como un técnico que conocía las mieles del triunfo con Argentina. Dirigió la categorías juveniles de la albiceleste. Ganó el Mundial Sub 20 en dos ocasiones (1997 y 2001), dos Sudamericanos y una medalla dorada en Juegos Panamericanos (1995). Esos triunfos lo encaminaron al equipo mayor de su país donde logró disputar el certamen orbital de Alemania 2006 alcanzando los cuartos de final.
El trajín de las selecciones lo obligó a tomar un respiro y dirigir clubes. En México estuvo al frente de Toluca y Tigres, dos equipos importantes de ese país. Hasta 2009 estuvo en el balompié 'manito'.
Tras dejar la liga mexicana, estuvo dos años y medio a la espera de una posibilidad que le cambiara la vida. Necesitaba un reto que de nuevo le removiera las entrañas. La oportunidad golpeó su puerta en enero de 2012. La Federación Colombiana de Fútbol le ofreció un contrato para dirigir la selección mayor. Él, un enamorado del fútbol y la cultura cafetera, aceptó.
Los colombianos no iban a un mundial desde Francia 1998 y en Brasil 2014 Pékerman rompió los 16 años de sequía. La sonrisa que lo caracteriza se plasmó en su rostro el 11 de octubre 2013. El Estadio Metropolitano de Barranquilla se vistió de amarillo y abrazó el empate 'tricolor' 3 - 3 ante Chile. Esa tarde Falcao García le hizo honor a su apodo, 'Tigre', y devoró la defensa austral sin dejar rastro.
José no paró y renovó contrato con la federación hasta diciembre de 2018. En las eliminatorias de nuevo demostró que sus jugadores eran aptos para clasificar y se ganó el tiquete a Rusia. Pase lo que pase nadie le quitará los dos mundiales con su Colombia.
En el seno de la selección se escuchan rumores que afirman que Pékerman dejará el equipo una vez culmine la participación en el certamen orbital. Lo cierto es que los jugadores, en nombre del pueblo colombiano, le dicen gracias al técnico, que a pesar de no decir muchas palabras, tiene al país tatuado en su corazón.
