Álvaro Narváez Díaz, un hombre que vive para la cultura

Sáb, 30/01/2021 - 12:35
KienyKe.com dialogó con Álvaro Narváez, secretario de Cultura Ciudadana de Medellín, sobre su vida, el amor por el arte y los retos para la cultura en su ciudad.
Créditos:
Maria Paulina Perez

Un hombre que ha dedicado su vida al servicio del arte y todas sus manifestaciones es Álvaro Narváez Díaz, secretario de Cultura Ciudadana de Medellín; una persona con una sensibilidad única, que conoce muy bien la radiografía de la capital antioqueña y que vela por las grandes acciones a través de la cultura para el desarrollo de ciudad y de sociedad.


La cultura tiene un espectro muy grande que abarca distintas formas y tradiciones de los pueblos, como grandes manifestaciones que reflejan su identidad, sus costumbres y modo de vida. Es un elemento fundamental en la sociedad para expresar su propia esencia. El arte desempeña un papel muy importante como agente de desarrollo de la cultura. Sus diversas expresiones se encargan de darle color, talento, amor y esperanza a una comunidad.

KienyKe.com conversó con Álvaro Narváez sobre su vida, el amor por el arte y por Medellín, su misión en la dependencia cultural de la ciudad y la convicción de transformar vidas a través de la cultura.

El arte desde la cuna

Álvaro es un hombre soñador, creador, un convencido de que todo lo que parece imposible puede ser posible y que el mundo necesita momentos de felicidad. Es un profesional en las artes escénicas, egresado de la Universidad de Antioquia, que ha luchado por la dignificación de la cultura, sus involucrados y perspectivas.

El arte se incrusta en su vida gracias a sus padres, por medio de las historias que su mamá le contaba, los relatos de poesía y las lecturas de Kafka que su papá le transmitía. Creció rodeado de arte sin tener una familia de artistas, pero la semilla artística germinó y determinó su destino.

Recorrió desde muy pequeño los salones académicos, ya que su mamá lo llevaba a sus clases de Español y Literatura en la universidad porque no tenía con quién dejarlo. Álvaro inconscientemente absorbía literatura universal: siempre pensaba en historias, canciones y poemas, que fluían como una cascada de ideas en cómo cambiar el mundo desde su mente y corazón.

“Un día mi papá me dijo: ‘un hijo es la proyección de uno’, y yo ahí entendí por qué terminé haciendo teatro, por qué terminé escribiendo, por qué terminé con una posición muy fuerte sobre la vida y sobre la equidad en el mundo”, confesó Álvaro.

Medellín

Álvaro vivió momentos muy duros en Medellín, la capital antioqueña, que padeció de una manera infame las acciones horribles del narcotráfico y su desgraciada herencia en la sociedad. Cuando era adolescente ingresó a diversos colectivos teatrales en los cuales empezó a descubrir una dimensión social de la ciudad. Logró avances y espacios en la comunidad, con lo cual dio cuenta de los vestigios por los cuales el arte puede convertirse en un puente de transformación social.

Se considera un conocedor profundo de la ciudad, un lugar al que conoce en todos sus rincones y por los cuales respira su esencia, su gente y su razón de ser. Considera que no debe haber estratificaciones sociales; sobre todo desde la perspectiva del arte, ya que este surge para unir sin distinguir  estereotipos.

Por cuenta de sus acciones, convicciones y el trabajo con las comunidades, llegó a percibir momentos de miedo y tensiones, especialmente en una Medellín que sorteaba profundas dificultades. Por ejemplo, tuvo que recibir golpes muy duros como el asesinato de una de las personas con las que trabajó muy de cerca. Sin embargo, ya emergía esa semilla que Álvaro y sus jóvenes compañeros implantaron en la ciudad. Estos procesos continuaron; este sería su legado.

“Siempre he creído en la revolución; no en la revolución con armas ni en la revolución para obtener otros poderes paralelos u otras ideologías de poder. He creído en la revolución libertaria y si vamos a hacer revolución es como dice el filósofo Michel Onfray: ‘Los cuerpos y las almas sean libres y respetuosas con el otro y entreguen lo que saben y entiendan que hay otros que también saben’. Por eso mi mirada siempre es de concertar, de llegar al diálogo y explorar diversas posibilidades”, añadió.

Es complejo borrar las huellas del pasado macabro que vivió la ciudad; pero para Álvaro, con buenas ideas, acciones, trabajo y las ganas de transformar el mundo, es posible la construcción de una Medellín mejor.


“Recorro la ciudad con ideas creativas que generen emociones”
 

Álvaro Narváez Díaz - Secretario de Cultura Ciudadana de Medellín
Créditos:
Maria Paulina Perez

El reto

Sin duda, Álvaro Narváez está frente a uno de los retos más importantes en su vida profesional, es el actual secretario de Cultura Ciudadana de Medellín, aquel que vela por los intereses del sector cultural en la ciudad y el responsable de guiar desde esta dependencia a todos sus actores.

Siempre ha creído que para ser un agente de cambio hay que estar en los lugares que son, por eso aceptó el cargo ofrecido por el alcalde Daniel Quintero, identificado claramente por sus proyectos e ideas, siempre con la convicción de que hay sueños por cumplir y con el gran objetivo de que el arte independiente sea visible y ocupe los primeros planos en la ciudad.

Tomó las riendas de esta dependencia en uno de los momentos más complejos que ha atravesado la humanidad en los últimos tiempos; en la que el sector cultural ha sido uno de los más golpeados, sus expresiones, proyectos artísticos y todo su espectro han reducido en gran número sus acciones, derivando en una profunda crisis a todos los que viven y están involucrados en este sector.

“Me ha dolido muchísimo, que en el último año, casi todos mis amigos y colegas se encuentran quebrados. Están sobreviviendo con condiciones muy duras”, sentenció Álvaro.

El desarrollo de proyectos artísticos y culturales en un país como Colombia es complejo, por lo general no hace parte de las principales prioridades de los entes gubernamentales ni de sus políticas; en ocasiones las organizaciones privadas hacen el puente para la gestión en este campo. Por esta razón, Álvaro cumple con la misión de cuidar e impulsar los intereses de este sector y la protección de aquellos que trabajan con su talento para la identidad de la ciudad, que muchas veces no es observado con mucha profundidad.

“Nadie entiende el sector cultural, la gente ama la cultura, pero no sabe que es armar un proyecto cultural”, comentó.

Siente que se ha hecho una buena labor con todo el equipo que hace parte de la Secretaría de Cultura Ciudadana, a pesar de estos tiempos tan complejos, se han desarrollado grandes iniciativas y proyectos que prosperaron gracias al trabajo y esfuerzo de todo un capital humano, con el ánimo proteger y brindar oportunidades laborales y bienestar a los artistas y todos aquellos que confluyen en este sector.

Está orgulloso de los últimos reconocimientos que ha tenido la ciudad a nivel internacional por su gran desarrollo cultural (Premios CGLU, Music Cities Awards) , por las acciones dadas y por las bases de formación artística que por años se han forjado en la capital antioqueña. Gracias al apoyo al arte y a sus procesos de creación, se ha demostrando que Medellín es una ciudad resiliente, que se sobrepone a las dificultades y a esa estigmatización que ha padecido por su pasado.

“Estoy muy feliz de estar aquí, por que estoy en una ciudad que realmente es un referente cultural y afortunadamente no hay presupuesto despreciable para la cultura, este año muchos recortaron presupuestos para este sector, Medellín se mantuvo en la media del promedios a pesar de los recortes que se tuvieron que hacer. Sin embargo esta es una ciudad que respira arte y por la que todavía tenemos mucho por hacer, pero se siente y se vive”, agregó.

Álvaro ve con esperanza que en diferentes partes del mundo y en Colombia, el arte y la cultura empiezan a tener un mayor valor dentro de las políticas, entendiéndose que hace parte de los derechos fundamentales de la vida, con participación de discusiones más fuertes y que tiene un sentido más allá del hecho de solo entretener.

“Hay que mostrarle al mundo que el arte y la cultura es el espacio de la buena vida”

Álvaro Narváez Díaz - Secretario de Cultura Ciudadana de Medellín,
Créditos:
Maria Paulina Perez

Los sueños

Se pregunta todos los días por sus sueños, aquellas motivaciones por las que día a día enfoca sus energías y que con acciones quiere alcanzar. Es un hombre tranquilo y optimista que, a pesar de las dificultades, siempre piensa en el bienestar de muchas personas y sostiene que se puede soñar en un mundo mejor.

“Sueño con una ciudad como Medellín que sea un referente de creación y de arte en el mundo. Además, siempre hay que soñar por varias razones: porque uno es el único dueño de sus propios sueños, es lo que uno tiene; porque cuando uno sueña irradia felicidad en las demás personas y porque cuando se hacen realidad, el mundo es mejor y qué mejor que uno para hacer feliz al otro”, expresó Álvaro.

Álvaro Narváez es un hombre que vive para el arte y la cultura, que hasta el final de sus días dedicará y concentrará sus esfuerzos por ello. Es una persona que le gusta disfrutar de unos buenos vinos y vibra con emocionantes partidos de fútbol, pero que sin duda está convencido de poder cambiar el mundo.

Por: David Palencia

 

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David Palencia
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