A tan solo 10 minutos de la Ciudad de Cúcuta se encuentra un municipio de casas pequeñas construidas en ladrillo que albergan historias de familias que, con sudor y esfuerzo, han sabido combatir la pobreza y las dificultades sin nunca perder la sonrisa del rostro.
El camino empedrado cuesta abajo impide que los carros transiten a más de 20 kilómetros por hora. Las casas tienen letreros de "se vende hielo, cerveza", entre otras cosas que seguramente ayudan a subsistir a más de uno. La temperatura sofoca, a unos 25 grados y la búsqueda de agua se vuelve una obligación cuando se asoma el mediodía.
Un letrero color madera que dice familia Araque Suárez, en el travesaño de una puerta blanca, recibe a todo visitante que entre al lugar.
Al entrar, Rosa Elena Suárez, con un plato de sudado (arroz, papa y carne), saluda al equipo de la Autoridad Nacional de Televisión y le agradece porque desde hace dos meses cuenta con el servicio de la TDT (Televisión Digital para Todos). Desde ese momento su vida y la de su familia, conformada por Franklin, Astrid, Eugenio y Darly cambió. Son casi $400.000 los que se ahorran al año con la TV gratuita. Pagar por canales se convirtió en un episodio del pasado.
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El servicio golpeó a la puerta de este hogar en el mejor momento. Elena es la cabeza de hogar, los demás combaten contra el desempleo y no pagar por ver televisión es una ventaja que ahora ven reflejado en mercado, ropa y los servicios de la casa.
"Ahora podemos ver una señal buena y ahorramos dinero. La situación no es la mejor y ahora tenemos para comprar otras cosas necesarias para nosotros", dijo a KienyKe.com Elena Suárez, quien, con sudor en las manos, luego de preparar el almuerzo para Franklin, Astrid, Eugenio y Darly, dice que ven el noticiero y las novelas de los canales nacionales.
Pero la familia Araque Suárez, que en su nevera guarda botellas de agua para beber durante el día y en la sala dejan una olleta de café para mirar las noticias, sonríe y disfruta de su casa en Villa del Rosario con lo poco o mucho que Dios les ha dado. La amabilidad es innata en estas personas que, como muchos colombianos, tienen palabras de agradecimientos a entidades como la ANTV por ayudarlos a ver la vida de otra forma, de una en la que se vean visibilizados y no ignorados.
"Nosotros somos humildes y felices. Seguiremos adelante y esperamos que las cosas si Dios quieren sigan mejorando", señala Elena con sus ojos enfocados al cielo. Su mano derecha, con un anillo en el dedo anular, despide a la Autoridad Nacional de Televisión y se dispone a recoger los platos del almuerzo para continuar el día con la misma esperanza de los últimos 55 años, su edad.
"Con televisión gratuita ahorramos $400.000 al año"
Lun, 13/08/2018 - 06:46
A tan solo 10 minutos de la Ciudad de Cúcuta se encuentra un municipio de casas pequeñas construidas en ladrillo que albergan historias de familias que, con sudor y esfuerzo, han sabido combatir la