A finales de febrero de 2010, Jairo Vega, como era costumbre, tomó una ducha luego de su rutina diaria en el gimnasio. Mientras se vestía, sintió algo diferente en su tetilla derecha. Recuerda que no tenía dolor y a la vista no veía ninguna inflamación. Sin embargo, tuvo una sensación rara en esta parte del cuerpo. Al pasarse las manos varias veces por el pezón y tratar de descubrir el origen de la molestia, Jairo notó que tenía una bolita. Se detuvo para tocarse con más cuidado. Fue así como recordó la noticia que había visto en televisión seis meses atrás. El titular, “Ojo hombres que a ustedes también les da cáncer de mama”, comenzó a retumbarle en la cabeza. Esa misma tarde pidió una cita médica para el día siguiente.
Como cualquier mujer que sospecha tener cáncer de mama, Jairo tuvo que someterse a una ecografía, mamografía y biopsia para ser diagnosticado. Semanas después, su médico le confirmó que el tumor, del tamaño de una lenteja, era maligno. Tenía 59 años y era un economista pensionado. Aunque el tejido mamario en el hombre es rudimentario, puede sufrir de esta enfermedad.
En el mundo, los hombres ocupan el 0.5 al 1 por ciento de los casos de cáncer de mama. La tasa de incidencia en Uganda y Zambia es la más alta del mundo con el 5 y 15 por ciento respectivamente. Mientras que en Japón hay cinco casos por millón de habitantes. Por su parte, en Colombia, un primer estudio cooperativo, hecho entre el 1 de septiembre de 2012 al 31 de agosto de 2011 por la Asociación Colombiana de Mastología, determinó que de los 1514 pacientes censados con cáncer de seno solo tres eran hombres.
Hace veinte años, el mastólogo José Joaquín Caicedo vio por primera vez un hombre con cáncer de mama. Fotos: Lina Rozo
Según el doctor José Joaquín Caicedo, presidente de Asociación Colombiana de Mastología, se trata de una enfermedad que aparece en los hombres que atraviesan la quinta o sexta década de sus vidas. Otra particularidad de estos tumores, en comparación con las mujeres, es que son menos agresivos por su composición biológica. Sin embargo, pueden llegar a ser muy peligrosos si no son detectados a tiempo porque no tienen mucho tejido para crecer.
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Cancerología de México indica que los hombres que presentan con mayor frecuencia este tipo de cáncer son aquellos que trabajan en la industria del jabón y el perfume. También quienes están expuestos al petróleo y al humo del cigarrillo. Otro factor de riesgo es el uso de ciertos medicamentos en el tratamiento oncológico, en pacientes con cáncer de próstata, obesidad y cirrosis hepática.
Cuando Jairo conoció el diagnóstico se hizo todos los exámenes pertinentes para ser operado lo más pronto posible. Uno de estos fue una mamografía. Recuerda que fue un episodio complicado y algo doloroso. Ahora, debe hacérselo de manera periódica y cumplir con controles médicos cada cuatro meses.
El caso de Jairo Vega, quien sufrió de cáncer de mama a los 59 años, es estudiado a nivel internacional para determinar el origen de la enfermedad. Fotos: Lina Rozo
Luego de la cirugía ambulatoria, donde le retiraron gran parte de la masa muscular y su tetilla, no fueron necesarias otros tratamientos, pues su caso fue detectado a tiempo. Solo debe tomarse una pastilla diaria de tamoxifeno durante un periodo entre cinco y diez años. Sin embargo, al igual que las mujeres, los hombres pueden necesitar radioterapias, quimioterapias y hasta someterse a una mastectomía.
El médico José Joaquín Caicedo recuerda lo importante de hacerse el autoexamen, tocarse y palparse el tejido detrás de la tetilla. Hacer énfasis en que es una enfermedad rara, pero existente.
Tres años después, Jairo apenas siente algunas molestias como comezón cerca de la cicatriz y picadas. Aunque perdió su tetilla no se siente mal, pues le interesa más su salud. No tiene problema en bañarse en una piscina o ir a la zona húmeda del gimnasio. Además, si ve a alguien con mucha curiosidad, se le acerca para contarle la historia y el porqué su tetilla fue reemplazada por una línea horizontal.
Hace veinte años, el mastólogo José Joaquín Caicedo vio por primera vez un hombre con cáncer de mama. Fotos: Lina Rozo
Según el doctor José Joaquín Caicedo, presidente de Asociación Colombiana de Mastología, se trata de una enfermedad que aparece en los hombres que atraviesan la quinta o sexta década de sus vidas. Otra particularidad de estos tumores, en comparación con las mujeres, es que son menos agresivos por su composición biológica. Sin embargo, pueden llegar a ser muy peligrosos si no son detectados a tiempo porque no tienen mucho tejido para crecer.
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Cancerología de México indica que los hombres que presentan con mayor frecuencia este tipo de cáncer son aquellos que trabajan en la industria del jabón y el perfume. También quienes están expuestos al petróleo y al humo del cigarrillo. Otro factor de riesgo es el uso de ciertos medicamentos en el tratamiento oncológico, en pacientes con cáncer de próstata, obesidad y cirrosis hepática.
Cuando Jairo conoció el diagnóstico se hizo todos los exámenes pertinentes para ser operado lo más pronto posible. Uno de estos fue una mamografía. Recuerda que fue un episodio complicado y algo doloroso. Ahora, debe hacérselo de manera periódica y cumplir con controles médicos cada cuatro meses.
El caso de Jairo Vega, quien sufrió de cáncer de mama a los 59 años, es estudiado a nivel internacional para determinar el origen de la enfermedad. Fotos: Lina Rozo
Luego de la cirugía ambulatoria, donde le retiraron gran parte de la masa muscular y su tetilla, no fueron necesarias otros tratamientos, pues su caso fue detectado a tiempo. Solo debe tomarse una pastilla diaria de tamoxifeno durante un periodo entre cinco y diez años. Sin embargo, al igual que las mujeres, los hombres pueden necesitar radioterapias, quimioterapias y hasta someterse a una mastectomía.
El médico José Joaquín Caicedo recuerda lo importante de hacerse el autoexamen, tocarse y palparse el tejido detrás de la tetilla. Hacer énfasis en que es una enfermedad rara, pero existente.
Tres años después, Jairo apenas siente algunas molestias como comezón cerca de la cicatriz y picadas. Aunque perdió su tetilla no se siente mal, pues le interesa más su salud. No tiene problema en bañarse en una piscina o ir a la zona húmeda del gimnasio. Además, si ve a alguien con mucha curiosidad, se le acerca para contarle la historia y el porqué su tetilla fue reemplazada por una línea horizontal.
