Hay países que están en mejores condiciones que otros. Eso no es un secreto para nadie. Muchos de los países en ‘malas condiciones’ están en África y su población es de mayoría negra: tampoco es una novedad. Y, tristemente, tampoco es nuevo que sobre esos países desafortunados haya un halo de racismo, que los señala como si fueran parias. Que los señala como si fueran ‘mierda’. Esa fue la palabra que usó Donald Trump.
Un originario de esos ‘países de mierda’, entre otros tantos, se convirtió en héroe. Era un soldado llamado Emmanuel Mensah, Vivía en Nueva York y había venido de Ghana. Hace algunas semanas, según explicó el
New York Times, se desató un incendio en El Bronx. Mensah salvó a 4 personas. No volvió a salir de las llamas cuando iba por la quinta. Por eso el Ejército le entregó de manera póstuma la medalla del soldado.
La economía de los Estados Unidos, y ellos mismos lo reconocen, se ha enriquecido por el flujo de migrantes. No sólo Europeos, llegados de “países desarrollados”, sino negros, asiáticos y latinos que han salido de los países que Trump llama “de mierda”. Y por alguna razón el mandatario norteamericano no lo reconoce. O lo hace sólo cuando le conviene.
El prontuario racista de Trump
Trump es titular obligado siempre. Ahora volvió a retumbar en los medios del mundo cuando soltó, sin amagues ni remordimientos, una frase que todavía suena: “¿Por qué queremos a gente de Haití aquí?”. Y remató refiriéndose a esa clase de lugares como “países de mierda”. Al parecer, su cólera se avivó por el hecho de no lograr éxitos en su política migratoria.
El historial de Trump en cuanto a temas raciales no se reduce a su presidencia. La última afirmación sólo podría ser una más. Lo traicionó el subconsciente. Antes de llegar a la Casa Blanca, según
Nicholas Kristof, había más de 1.000 páginas con información sobre los comentarios racistas del presidente.
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“Durante la campaña presidencial revisé detenidamente la historia de Trump relacionada con racismo, que incluye 1021 páginas de documentos legales que conforman demandas que lo acusan de discriminación racial, y la evidencia es devastadora. Deberíamos ser cuidadosos al lanzar la palabra “racista”, pues cualquier otro incidente podría ser malinterpretado. Pero en el caso de Trump, tenemos un patrón constante de cuarenta años de insultos y discriminación y no veo que podamos llamarlo otra cosa más que racista” relató Kristof.
Varios hechos, algunos irrefutables, respaldan el prontuario racista del presidente del país más poderoso del planeta. En 2011, por ejemplo, apenas empezaba su campaña política, dijo que Obama no era estadounidense, sino que había venido de Kenia. Trump insistió en ese hecho y se agarró de él, además, para emprender una no muy ética campaña contra su antecesor.
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En 1989 cuatro adolescentes negros y uno latinoamericano fueron detenidos en Nueva York, acusados injustamente de haber violado a una joven blanca. Donald Trump fue el adalid de la causa, y dedicó tiempo y dinero a atacar a los jóvenes, sin pruebas, llegando incluso a pedir la pena de muerte para ellos. En 2002 apareció el verdadero culpable. Tras 10 años en prisión, los 5 muchachos fueron exonerados.
Trump heredó la fortuna de su padre. Ambos destacaron en el sector inmobiliario, alquilando viviendas a trabajadores de Queens, Brooklyn y Staten Island en Nueva York. En 1973 padre e hijo fueron denunciados por supuestamente no recibir inquilinos de raza negra en sus propiedades. En un extenso
documento del FBI aparecen cientos de testimonios al respecto. Hablaron tanto víctimas, como empleados de la organización.
¿Asunto familiar?
En 2016, cuando Trump estaba en plena campaña,
The Washington Post reveló un completo informe en el que demostraba como Fred Trump, padre del hoy presidente, había sido arrestado por participar en una marcha del Ku Klux Klan en Queens. Fue liberado sin cargos. El entonces candidato presidencial lo negó.
En ese sentido, y siguiendo con asuntos familiares, habría una contradicción en el comportamiento de Trump hacía los migrantes. El abuelo del actual presidente de los Estados Unidos llegó de Alemania. Para facilitar los negocios, Fred Trump dijo que venía de Suecia. El apellido real de la estirpe no era Trump, sino Trumpf, con F.
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"Tengo contables negros en Trump Castle y en el Trump Plaza ¡Tipos negros contando mi dinero!”. La frase se le atribuye al magnate, y salió en un libro de John O’Donnell, exdirector del Trump Plaza Hotel and Casino en Atlantic City
