Harli Jordean vive en Londres, tiene 8 años de edad y ya es un exitoso empresario con mucho dinero. Se le conoce como “El rey de las canicas”, gracias al nombre de su página de Internet, en la que se consiguen todas las variedades de bolitas de cristal del mundo. El negocio tiene dos años y las ganancias son de varios miles de dólares al mes. No solo se venden canicas separadas, también se pueden comprar paquetes especiales de colecciones limitadas, con precios que pueden alcanzar los 500 dólares.
“Harli se obsesionó con las canicas desde los 6 años. Mientras los otros niños dormían con ositos, él ponía las canicas debajo de su almohada”, cuenta Tina, la mamá de Jordean. “Empezamos a llamarlo “Rey de las canicas”, pero jamás nos imaginamos que ese nombre fuera a convertirse en una página. Tenemos pedidos de todo el mundo y a veces siento que no damos abasto”.
Todo comenzó en 2009 cuando Harli llegó a casa muy frustrado, luego de una tarde de juegos. Unos niños mayores le habían ganado todas las canicas. Tina, su madre, le compró algunas nuevas, pero hubo otras que no pudieron conseguir. Fue entonces cuando Harli sugirió a su madre crear su propia tienda de canicas. Unos meses después, Harli y su mamá recibían bolas de todos los tamaños y colores que venían de diferentes países.
El negocio creció y está en manos de Tina y los hermanos de Jordean. Ellos se encargan de la parte administrativa y financiera. Mientras tanto “El rey de las canicas” disfruta de la mejor parte: escoge y selecciona el producto, diseña sus propias canicas hechas en China y juega con las que se le antoja. El niño no solo es el jefe y creador del imperio de las canicas, también es la imagen de su empresa: una caricatura suya hace da la bienvenida al sitio de Internet. “Mi sueño es tener una cadena de grandes tiendas para juguetes con una sección especializada en canicas”, dice Jordean.