Con bombos y platillos, la Cámara de la Industria de la Construcción (Camacol) concluyó la semana pasada su congreso, que este año se llamó ‘Construyendo ciudades admirables. El valor de la asociaciones público-privadas. El caso de Valencia, España’. Lo curioso es que la presidente de Camacol, Sandra Forero, escogió como ejemplo a una de las ciudades más cuestionadas de España por corrupción inmobiliaria, violación de las normas urbanísticas y la acostumbrada utilización de la "puerta giratoria" entre el sector privado y el público, una práctica que no le ha sido ajena a los directivos de Camacol.
Dos de los conferencistas, plato central del seminario, han sido duramente cuestionados en su país: Alejandro Escribano y Jorge Bellver. El primero porque siendo promotor inmobiliario, formuló el Plan de Valencia; el segundo, concejal de Urbanismo de Valencia, está acusado de prevaricación urbanística y administrativa en su ciudad.
El tema de la corrupción inmobiliaria en Valencia y su litoral mediterráneo ha dado para más de un titular de prensa en España.
Artículo Abren juicio oral contra concejal.
Artículo Corrupción inmobiliaria. No se entiende por qué Camacol y su directora trajeron como experiencia admirable un caso que sobresale por lo contrario.