Sucedió en Utah, Estados Unidos, cuando Rain Price, de 16 años, entró a una nueva escuela. El primer día de clases, sus padres, Dale y Rochelle, salieron a despedirlo mientras llegaba el bus. Rain sintió "oso" por el gesto de sus padres y rogó a su mamá que, por favor, no volvieran a hacerlo.
"A quien no quiere caldo, se le dan dos tazas", pareció ser la respuesta del papá quien, al enterarse de la petición de su hijo, decidió despedirlo diariamente de una manera en que se sintiera verdaderamente avergonzado.
El segundo día de escuela, Rain se sintió horrorizado por lo que vio desde la ventana del bus: Su padre, disfrazado, diciéndole adiós...
Y así, día a día, Dale hizo su aparición disfrazado de algo diferente.
El "show" diario de Dale duró 170 días, sin repetir vestuario...
Pero muy pronto la aparición de su papá en la parada del bus dejó de ser una vergüenza para Rain y se convirtió en una diversión.
En el colegio se corrió la voz y la despedida de Dale se convirtió en una atracción.
El humor de Dale le dio para crear un blog, en el cual quedaron registradas todas sus fotos y anécdotas.
Dale perdió una pierna en un accidente de moto hace 20 años. Luego fue propietario de un negocio de "paintball" y ahora está retirado, educando a sus tres hijos.
Dale asegura no haber gastado más de US $50 en sus disfraces. Muchos de ellos fueron inventados en casa; los otros le fueron prestados por vecinos y amigos.
Para Rain, con el disfraz de La Sirenita su papá "toco fondo". Fue el que más lo "avergonzó" o divirtió...
Pero para Dale el disfraz favorito fue también el más elaborado: Un inodoro que se consiguió en un botadero de basura, en el cual se sentó, con los pantalones abajo, a leer el periódico mientras decía adiós al bus...