Piano Móvil es un sueño que interactúa con las comunidades pujantes, guerreras y aunque tildadas en desdicha por el conflicto armado colombiano siempre están sonrientes y en estado de 'berraquera' y hermandad. Es el proyecto que busca reinterpretar el poder de las letras musicales a través de un "monstruo" como lo es un piano de cola y sus sinfonías clásicas.
En antesala y tal como lo mencionó el pianista romántico exiliado en los estados unidos, Sergei Rachmaninoff , "la música debe expresar el país de nacimiento del compositor, sus amores, su religiosidad, los libros que han influido en él, las pinturas que ama; debe de ser la suma de sus experiencias. La música brota solo del corazón y al corazón se dirige; la música es amor. Su hermana es la poesía y su madre, el sufrimiento".
De ahí que Diego Franco, colombiano pianista y docente del Conservatorio de Música, Danza y Arte Dramático de Villepinte en Francia, junto a un grupo de compatriotas y extranjeros quieran recitar el poder sonoro de la paz, del arte y el talento con Piano Móvil, proyecto que fundó y materializó la Asociación Euphonia 'Ideas por la música'.
Para Aura Marina Vargas, directora general de la iniciativa en Colombia, representa " interactuar con el lenguaje musical con amor y respeto por el otro" pues recuerda en medio de una risa nerviosa que son muchos los curiosos que atrae el ritual para armar el piano. Sin embargo, "ya cuando está armado son muy respetuosos -¡Guau un piano, enserio trajeron un piano!- y se van acercando de a pocos, y cuando un niño tocó un tecla y no le dijeron nada entonces se va acercando más, se va sentando en la silla y es muy bonito ver eso".
Vargas, quien cuenta con una larga trayectoria en educación musical, argumenta que tras la falta de oportunidades artísticas, independientemente si se reside en pueblos alejados o en Bogotá, "la pretensión del Piano Móvil es hacer visibles estos lugares y sus necesidades" pero no solo en ámbitos culturales sino generales.
El colectivo colombo francés ambulante y sosegado ya cumplió tres giras en las que durmieron quizá en el suelo, en colchonetas, hamacas y hermosas casas con vista a meandros, bosques, riachuelos y donde plácidamente recibieron un plato de comida y el afecto de los nativos del sector.
Su gran debut pedagógico es en cada salón comunal, en el parque destruido y sin inversión pero limpio, en el que cada nota sentida desde los dedos entrenados por horas exalta la poesía, el cambio y la vida.
Y aunque no tienen piano propio, ni camión, o buseta para llevar a los voluntarios, son bien recibidos por fundaciones, casas de la cultura, escuelas de arte y alcaldías municipales quienes intentan brindarles todo el apoyo que puedan.
En la segunda gira en San Juan de Betulia en Sucre, trabajaron de la mano de una comunidad de mujeres y se desarrolló un 'Taller - Concierto Pedagógico' junto a la Radio Nacional de Colombia. Cuenta la directora que allí se logró un intercambio porque "no es que nosotros estemos llevando la verdad de la música, sino que al interactuar aprendemos de las culturas y terminamos muy enriquecidos".
Pues en "su dedicación sin reservas a la búsqueda de algo valedero, en su ausencia de interés en someter a otros, en las huellas duraderas que su actividad deja a su paso, y en el coraje que despliegan cuando el arte les llama a medirse ante la historia y ante la humanidad, estos músicos representan elocuentemente mucho de lo que los colombianos aspiramos y podemos llegar a ser", narra Diego Franco y se recopila en congruencia con las confesiones de Aura.
Ya en la tercera gira donde Piano Móvil visitó Rovira, Tolima y Belén de los Andaquies en Caquetá, encontraron una escuela de música que tan solo llevaba algunos meses de creada y no contaba con las instalaciones e instrumentos necesarios, "en realidad el tipo trabaja con las uñas e hizo junto a nosotros una muestra de su proceso".
"Con los ojitos van buscando, -me dicen o no me dicen-, y ya cuando se dan cuenta que el piano está ahí para que lo usen, es mágico: un vínculo, una huella emocional muy marcada".
Vargas, quien cuenta con una larga trayectoria en educación musical, argumenta que tras la falta de oportunidades artísticas, independientemente si se reside en pueblos alejados o en Bogotá, "la pretensión del Piano Móvil es hacer visibles estos lugares y sus necesidades" pero no solo en ámbitos culturales sino generales.
El colectivo colombo francés ambulante y sosegado ya cumplió tres giras en las que durmieron quizá en el suelo, en colchonetas, hamacas y hermosas casas con vista a meandros, bosques, riachuelos y donde plácidamente recibieron un plato de comida y el afecto de los nativos del sector.
Su gran debut pedagógico es en cada salón comunal, en el parque destruido y sin inversión pero limpio, en el que cada nota sentida desde los dedos entrenados por horas exalta la poesía, el cambio y la vida.
De París a Belén de los Andaquíes en Caquetá
Por misterio y reflexión, Kienyke.com ahondó en las tres giras que acompañadas de la Radio Pública han causado conmoción y desecho prejuicios, pues no es un secreto que la música clásica asemeja imposibles y es vista desde la exclusión. Algo que buscan los músicos y demás artistas del proyecto quienes en medio de las adversidades encuentran historias sumergidas en pasiones y con alternativas de valor es:"que la comunidad denote en la música cosas positivas y negativas y se convierta en un medio de comunicación. En este caso con un piano, pero se puede hacer con la voz, con el cuerpo".La devoción musical es indiscutible al transportar un instrumento de teclas que puede llegar a medir hasta 130 cm de longitud y pesar desde 170 kg hasta 650 kg. Dicho proceso carga de simbolismo y opone resistencia ante cualquier amenaza que pretenda cancelar el mensaje sonoro que desea llevar Piano Móvil. Aunque Aura veía lejano el proyecto cuando se lo comentaron por primera vez, cuenta que su participación fue intempestiva y recuerda que en la primera gira hecha en Ciudad Bolívar y Sibaté "fuimos a que nos alquilarán el instrumento y faltando un día nos cancelaron la entrega" entonces el colectivo de Euphonia apresurado accedió a su piano vertical, mucho más pequeño.
Y aunque no tienen piano propio, ni camión, o buseta para llevar a los voluntarios, son bien recibidos por fundaciones, casas de la cultura, escuelas de arte y alcaldías municipales quienes intentan brindarles todo el apoyo que puedan.
En la segunda gira en San Juan de Betulia en Sucre, trabajaron de la mano de una comunidad de mujeres y se desarrolló un 'Taller - Concierto Pedagógico' junto a la Radio Nacional de Colombia. Cuenta la directora que allí se logró un intercambio porque "no es que nosotros estemos llevando la verdad de la música, sino que al interactuar aprendemos de las culturas y terminamos muy enriquecidos".
Pues en "su dedicación sin reservas a la búsqueda de algo valedero, en su ausencia de interés en someter a otros, en las huellas duraderas que su actividad deja a su paso, y en el coraje que despliegan cuando el arte les llama a medirse ante la historia y ante la humanidad, estos músicos representan elocuentemente mucho de lo que los colombianos aspiramos y podemos llegar a ser", narra Diego Franco y se recopila en congruencia con las confesiones de Aura.
Ya en la tercera gira donde Piano Móvil visitó Rovira, Tolima y Belén de los Andaquies en Caquetá, encontraron una escuela de música que tan solo llevaba algunos meses de creada y no contaba con las instalaciones e instrumentos necesarios, "en realidad el tipo trabaja con las uñas e hizo junto a nosotros una muestra de su proceso".
"(...) con tu gente sencilla, hospitalaria que aun conserva tu ancestro cultural te haz trasformado en un digno paraíso donde se inspira respeto y amistad". Himno de Belén de los Andaquies.Cuenta el profesor en llamadas posteriores con Aura, que "después de la visita de Piano Móvil muchos niños llegaron a su escuelita con ganas de hacer música, algo muy bonito".
