La historia de Venezuela en seis posibles escenarios

Vie, 12/10/2018 - 10:09
La situación económica venezolana y los 2,3 millones de migrantes que han salido del país desde 2015, según cifras de la Organización Internacional de Migraciones (O

La situación económica venezolana y los 2,3 millones de migrantes que han salido del país desde 2015, según cifras de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), han puesto nuevamente sobre la agenda regional latinoamericana el debate sobre el futuro de la nación suramericana. 

Dentro de los escenarios posibles, por primera vez parece considerarse una salida militar además de una reunión entre el presidente Maduro y su homólogo Trump.

Golpe de Estado

“Si el imperialismo intenta algo contra esta patria, es probable que entren, lo que no está claro es cómo van a salir. De aquí saldrán derrotados”, aseguró Diosdado Cabello.

De darse un golpe, podría ser de dos formas: con apoyo extranjero decidido en términos logísticos y militares o como iniciativa propia de disidentes de las Fuerzas Armadas con un tímido apoyo de algunos países.

El pasado 8 de septiembre The New York Times reveló que hubo encuentros entre el gobierno norteamericano y militares venezolanos para hablar sobre planes para derrocar al presidente. 

Frente a eso, Maduro instó a sus seguidores a reaccionar si esto sucediera: 

“No se equivoquen, señores imperialistas… si los golpistas, si los imperialistas, se atrevieran a romper las reglas de juego… ¡Ustedes a la calle, a la carga, a la batalla, a la revolución total y radical!”.

Estas palabras, sumadas a los colectivos civiles armados que apoyan al gobierno, auguran que, con apoyo extranjero o no, un golpe de Estado no necesariamente sería una solución a la crisis y podría desembocar en un conflicto interno armado, incluso si se llegaran a convocar elecciones rápidamente.

No sobra decir que, de realizarse, estos comicios estarían organizados para que ganara un candidato afín a los golpistas y a Estados Unidos; y eso a mediano plazo sería una nueva fuente de conflicto con la base social del chavismo.

Según Trump, “si los militares deciden hacer eso” (dar un golpe), podrían triunfar, sin embargo el fallido golpe contra Chávez en 2002 y la suerte del golpista abatido, Óscar Pérez, a principios de 2018, quizá no motive mucho a los militares disidentes.

Salida de Maduro

“Tenemos que unirnos para definir cómo vamos a exigirle la renuncia a Nicolás Maduro; ni sumisión, ni guerra civil, ni magnicidio, ni golpe de Estado”, invitaba la opositora María Corina Machado en 2014.

Una opción posible, pero lejana, es que la salida de Maduro se dé si decide no presentarse más a las elecciones. Es decir que en 2025, cuando termine el mandato que inicia en 2019, él y su grupo político definan que el candidato debe ser otro. 

Otra alternativa, posible pero poco probable, es que la presión política nacional e internacional surta efecto y obligue al presidente a acudir a nuevos diálogos con la oposición para negociar una salida digna que le garantice tranquilidad a él y a su círculo tras dejar el poder.

Intervención militar 

“El ejemplo de Vietnam tal vez se quedaría corto ante lo que es capaz el pueblo de Venezuela cuando se decide, como ha hecho desde hace 200 años, a ser libre”, Jorge Arreaza, canciller de Venezuela al referirse a una posible intervención en su país.

A diferencia de un golpe de Estado clásico, este escenario sería el de una intervención del tipo Siria o Irak, y podría desembocar en un conflicto regional y en una crisis humanitaria peor.

Venezuela no es un Estado aislado como se muestra a veces en la prensa, es un importante aliado de China y Rusia en la región. Estas potencias han invertido mucho en sus relaciones con Caracas y no van a estar dispuestas a permitir que sus intereses económicos y geopolíticos se afecten.

La probabilidad de este escenario es escasa si tenemos en cuenta las opiniones de Donald Trump sobre las intervenciones norteamericanas en Libia e Irak:

“Estoy seguro al ciento por ciento que el mundo sería mejor si Saddam Hussein y Muammar Gaddafi aún estuvieran en el poder”, Donald Trump en entrevista con CNN.

Magnicidio

“No se logró hoy pero es cuestión de tiempo”, Soldados de Franelas en Twitter, grupo que se adjudicó el supuesto atentado a Nicolás Maduro.

El supuesto atentado con drones que sufrió Nicolás Maduro a principios de agosto de este año demuestra que este escenario también está sobre la mesa.

El artículo 233 de la Constitución venezolana plantea una disyuntiva porque contempla soluciones diferentes ante posibles faltas absolutas para la figura del presidente y presidente electo, y Maduro cumple las dos condiciones.

Abogados venezolanos consultados por la Agencia Anadolu explican que al tener la doble condición, desde el punto de vista del derecho constitucional, prima la condición de presidente electo. La lógica es que la presidencia la asuma, mientras se convoca a nuevas elecciones, el presidente de la Asamblea Nacional y no el vicepresidente ejecutivo (Delcy Rodríguez).

Sin embargo, según los expertos venezolanos, “ahora hay un hecho tangible y es que actualmente existe un poder constituyente que fue electo y está en funciones: la Asamblea Nacional Constituyente, y de acuerdo con el derecho venezolano esta es un supra poder que está por encima de los poderes constituidos”.

Esto quiere decir que este órgano supra constitucional, desacatado por la Asamblea Nacional, tendría la última palabra “y ellos tendrían que decidir quién terminaría: si un presidente interino o si asumiría el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (Diosdado Cabello)”, concluyen los abogados.

En este sentido un magnicidio solo generaría un caos temporal que quizá pueda ser aprovechado por golpistas, pero institucionalmente el poder no cambiaría de manos inmediatamente aunque si obligaría a convocar nuevas elecciones.

Refortalecimiento del chavismo

“Gracias Donald Trump por llenarme de dignidad”, dijo Nicolás Maduro al conocer las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos a su círculo cercano.

Habría dos maneras para que el chavismo recupere legitimidad internacional y retome fuerza.

La primera es que la creciente amenaza de una intervención extranjera le haga ver a la población que las alertas, que se vienen dando desde la época de Chávez, son reales. 

Si bien muchos venezolanos no quieren a Maduro, no está claro que quieran una intervención que los lleve a estar como en Libia e Irak. 

La segunda forma es que las medidas del gobierno para superar las dificultades económicas empiecen a funcionar y mejoren la calidad de vida de la gente, generando en el mediano plazo que los venezolanos en el exterior empiecen a regresar a sus hogares.

Reunión Maduro-Trump

“Estoy dispuesto a hablar con agenda abierta de todos los temas que quiera hablar el presidente”, dijo Maduro refiriéndose a la posibilidad de reunirse con Donald Trump.

En la Asamblea General de las Naciones Unidas, Donald Trump abrió un nuevo escenario que de darse, dependiendo de su desarrollo, podría darle aire al gobierno de Maduro en el corto plazo, pero dado el talante impredecible de los dos mandatarios es difícil predecir lo que pueda pasar.

En todo caso, como diría Trump: “Todas las opciones están sobre la mesa… todas, las fuertes y las menos fuertes… Y sabes lo que quiero decir con fuerza”.

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