El origen del universo es la pregunta suprema que ha movido la curiosidad humana desde que, como especie, fuimos capaces de pensar. Quizás, cuando aún éramos ese mono primitivo trepado en un árbol, al ver el cielo oscuro y estrellado, nos hayamos preguntado qué había más allá.
Sólo el tiempo ha permitido que nos acerquemos un poco a encontrar la respuesta a esa pregunta suprema. Pero aún falta mucho. Puede que ni esta generación –o dos o tres de las que están por venir–, sepan, de verdad, cómo empezó todo. O a lo mejor ese derecho, el de saber, no lo merezcamos jamás, y no entenderemos de dónde venimos y para dónde vamos nunca. Puede ser.
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¿Qué es el Colisionador de Hadrones?
Sin embargo, la ciencia da esa pelea todos los días. Los avances en la tecnología han permitido que se den algunos pasos en ese larguísimo camino. El Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés) es prueba de esos avances. El LHC es la máquina más grande y sofisticada creada por el hombre. Si bien, serviría para probar muchas teorías de la física de partículas, el objetivo supremo de ese aparato descomunal es demostrar cómo se creó el universo. Queda en las instalaciones del CERN (Organización europea para la investigación nuclear).Tiene, en total, una circunferencia de 27 kilómetros. Costó más de 9000 millones de dólares. Lo forman más 9600 ‘superimanes’ que generan una fuerza gravitacional 100 mil veces más potente que la de la tierra.Lo que hace es hacer chocar electrones a un 99% de la velocidad de la luz, con el fin de analizar las condiciones de liberación de energía que se habrían dado en el ‘momento 0’ del origen del universo. Para eso se necesita mucha energía. [single-related post_id="675447"] Uno de los descubrimientos más importantes que ha hecho el LHS es el ‘Bosón de Highs’ o ‘partícula de Dios’. El bosón es una subpartícula que conformaría el ‘Campo de Highs’, un inmenso océano que llenaría todo el universo. El Bosón se encargaría de darle masa a todas las partículas de la materia: el electrón, el protón, los quarks, por ejemplo. También tendría mucho que ver en las relaciones que hay entre esas partículas. Por la dimensión del aparato, por lo que ha logrado –y por lo que podría lograr–, en torno al LHS se han dado muchos mitos. Uno de los más dramáticos dice que sería capaz acabar con el Universo. Un poco exagerado. Básicamente lo que se dice es que, si intenta crear un “modelo a pequeña escala del origen del Universo” también crearía todo lo que hay en él, incluidos los Agujeros negros, cuerpos celestes desconocidos, con una intensa fuerza gravitacional que podría absorberlo todo.
El Bosón se encargaría de darle masa a todas las partículas de la materia: el electrón, el protón, los quarks, por ejemplo. También tendría mucho que ver en las relaciones que hay entre esas partículas.Stephen Hawking, el físico más importante de la actualidad, escribió en su libro ‘Starmus’ que “el bosón tiene la preocupante característica de poder convertirse en megastable a energías superiores a 100 mil millones de 'gigaelectronvoltios'. Esto puede significar que el Universo sufriría un deterioro catastrófico provocado por una burbuja de vacío que se expandiese a la velocidad de la luz. Algo que es poco pronosticable y podría suceder en cualquier momento”. El LHS también, ha dicho algunos “podría abrir puertas a otras dimensiones”. “Sergio Bertolucci, director de Investigación e Informática Científica del CERN, organismo que ha construido el Gran Acelerador de Hadrones, cree que este ingenio podría abrir, aunque fuese durante unos instantes, una puerta a otra dimensión, a otro universo, y que algo podría pasar a través de ella hasta nuestro mundo” escribió Elpensante.com. [single-related post_id="674769"] Dentro de la comunidad científica se han dado muchas discusiones respecto a los alcances del LHS. Muchas de ellas, quizás la mayoría, no son tan proclives a la conspiración o la desgracia; al contrario, muestran cierto nivel de optimismo con los resultados de las investigaciones del CERN. Hay que esperar, sin embargo. Un día podríamos despertar con alguna idea sobre el origen del universo, o con la no tan remota posibilidad de ser chupados por un agujero negro. Incluso en otra dimensión. Quién sabe.