Es muy posible que usted, más de una vez, haya estado en uno de los aeropuertos más grandes del mundo, es una escala eterna y sin una cama de un amigo dónde dormir. Su último recurso es apropiarse de las sillas de la sala de espera y usar como almohada su maleta, sus libros, su laptop, la espalda de un filipino o la pierna de un australiano obeso que lleva dormido más de doce horas.
Al pensar en este problema latente en todos los aeropuertos del mundo, la firma de arquitectura rusa Arch Group creó un prototipo de cabina-dormitorio segura y confortable llamada Sleepbox. Inspirada en los hoteles cápsula del diseño japonés, este proyecto busca darle a las personas la comodidad de una pequeña habitación que cuenta con todos los recursos básicos para entretenerse y descansar sin tener que trasladarse a un hotel.
Hoteles Nagakin en Tokyo, Japón.
Las cabinas ya se ensayaron en los aeropuertos de París, Beijing, Bangkok y Dubai. En cada lugar los colores y acabados exteriores e interiores son personalizados. Por ejemplo, el color interior de la cabina puede ser blanco o con algunas aplicaciones en madera sobre las paredes.
Las sleepboxes tienen la facilidad de ubicarse aún en los lugares de tránsito más concurridos: aeropuertos, estaciones de tren, centros comerciales e, incluso, en las calles de ciudades de clima templado.
Las dimensiones de esta cabina móvil son de 2 m de largo, 1.40 m de ancho y 2.30 m de alto, un tamaño razonable para descansar con comodidad y sin interrupciones –es hermética por completo–. El espacio incluye, además de la cama, ventilación integrada, un sistema automático para cambiar las sábanas, Wi Fi, una pantalla LCD y todos los recursos eléctricos para instalar y recargar sus gadgets.
La modalidad de pago es muy sencilla: el cliente paga por tiempo de uso con tarjeta de crédito en una caja automática, y se le suministra una llave electrónica para acceder a su caja de dormir, sin intermediarios ni propinas para los botones.


