Cuando apenas era un cachorro, Pay de Limón fue víctima de varias torturas. El grupo criminal mexicano de los Zetas, uno de los más famosos dedicado al narcotráfico en este país, practicó en él ciertas técnicas para lastimar a los humanos, especialmente a quienes eran secuestrados.
Los Zetas le cortaron cada uno de los dedos a Pay de Limón. Así como lo hacían con los retenidos para demostrar que estaban vivos. Fue así como el perro perdió sus patas delanteras. “Ya ni los perros se salvan”, tituló el periódico de Zacatecas cuando se conoció la historia del animal. Poco tiempo después, fue rescatado y llevado a una fundación mexicana llamada: Milagros Caminos.
“Pay de Limón fue rescatado y llegó a Milagros Caninos. Lo tuvimos un muy buen tiempo escondido porque teníamos miedo de que nos hicieran algo a nosotros” dijo Paty Ruiz, directora de Milagros Caninos, a los medios de comunicación locales.
Hace más de dos años, el perro llegó a este refugio de animales cuando sus patas estaban cicatrizando. Era de un animal retraído e inseguro. “Al principio buscaba lugares alejados y esquinas para ocultarse. Lo alimentamos y cepillamos, y vio que no le estábamos causando ningún daño, se dio cuenta de que estaba bien y de esa forma se fue creando un vínculo”, explicó Osvaldo Vital, director médico de la organización.
Con el tiempo llegó la necesidad de buscar una solución para que Pay de Limón volviera a caminar por su cuenta. Pero Milagros Caninos no tenía el dinero para costear el tratamiento. Luego de organizar una convocatoria, fueron recolectados 6000 dólares para hacerle un par de prótesis de fibra de carbono a su medida. Fueron fabricadas en Estados Unidos por una compañía especializada.
Pay de Limón ya tiene tres años. Lleva la vida de un perro normal: camina, corre y juega. Hace pocos días volvió a reaparecer en los medios de comunicación porque es protagonista de un libro escrito por la fundación Milagros Caninos, donde se narra la historia de 8 perros que sufrieron maltrato extremo, cachorros que fueron mutilados, golpeados y quemados. Las ganancias generadas serán destinadas a las fundaciones que protegen a los animales.
“Pay de Limón fue rescatado y llegó a Milagros Caninos. Lo tuvimos un muy buen tiempo escondido porque teníamos miedo de que nos hicieran algo a nosotros” dijo Paty Ruiz, directora de Milagros Caninos, a los medios de comunicación locales.
Hace más de dos años, el perro llegó a este refugio de animales cuando sus patas estaban cicatrizando. Era de un animal retraído e inseguro. “Al principio buscaba lugares alejados y esquinas para ocultarse. Lo alimentamos y cepillamos, y vio que no le estábamos causando ningún daño, se dio cuenta de que estaba bien y de esa forma se fue creando un vínculo”, explicó Osvaldo Vital, director médico de la organización.
Con el tiempo llegó la necesidad de buscar una solución para que Pay de Limón volviera a caminar por su cuenta. Pero Milagros Caninos no tenía el dinero para costear el tratamiento. Luego de organizar una convocatoria, fueron recolectados 6000 dólares para hacerle un par de prótesis de fibra de carbono a su medida. Fueron fabricadas en Estados Unidos por una compañía especializada.
Pay de Limón ya tiene tres años. Lleva la vida de un perro normal: camina, corre y juega. Hace pocos días volvió a reaparecer en los medios de comunicación porque es protagonista de un libro escrito por la fundación Milagros Caninos, donde se narra la historia de 8 perros que sufrieron maltrato extremo, cachorros que fueron mutilados, golpeados y quemados. Las ganancias generadas serán destinadas a las fundaciones que protegen a los animales.
