Daniela Pedraza Cortés regresó a Colombia en vuelo humanitario procedente de Londres en un recorrido que tuvo mucho de odisea y cuando se encontró con su familia a la emoción de verlos se sumaron el asombro y la risa cuando los vió con caretas, tapabocas, guantes y conservando la distancia, algo que nunca vio en Inglaterra a donde se había ido a estudiar y quedó encerrada cuando cerraron los vuelos sin saber cuando podría volver a su país.
Sus papás y su hermano la recibieron con gel, alcohol y bolsa para que despositara su ropa, banda para sellarla cuando se cambiara en el baño de visitas de su casa y bata en mano para que se fuera directo ducharse para terminar la desinfección.
Fue la conclusión de una travesía en la que pasó del asombro al vivir el estricto control de las autoridades inglesas en la salida del aeropuerto en Londres, medidas que se rompieron cuando abordaron el avión, porque los sentaron un al lado del otro, sin guardan ni un centímetro de distancia.
"Desde ahí el protocolo se rompió, las medidas tomadas por las autoridades inglesas de nada sirvieron en el vuelo, las tres hileras de sillas nos mantuvieron pegados los unos a los otros" dice Daniela.
En el aeropuerto de Bogotá, la llegada tuvo, como en el aeropuerto de Heathrow, muchos controles, a los 178 pasajeros y a las tres tripulaciones que acompañaronn el vuelo, les tomaron la temperatura, les alicaron gel y alcohol para desinfectarlos, hubo interrogatorios y diligenciamiento de formularios, que demoraron muchas horas la salida para llegar a sus residencias.
Daniela dialogó con Kienyke y contó en detalle las peripecias de un viaje en el que se combinaron la organización y el caos por las medidas extremas adoptadas por unos y la irresponsabilidad de quienes debían mantener el aislamiento social, que se rompió en el vuelo y en los buses que la llevarían a su casa.
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Cierre de la escuela
A finales de diciembre del año pasado viajó a Oxford, Inglaterra a perfeccionar su inglés, el curso sería de seis meses y en julio regresaría para ingresar a estudiar ingenieria en la Universidad de los Andes. La vida de adolescente parecía estar llegando a su fin, pero estaba feliz de vivir una experiencia sobre la que tenía muchas expectativas.
Pero en febrero se empezó a hablar de pandemia, cerraron la escuela y se quedó viviendo en una ciudad universitaria que poco a poco comenzó a desocuparse. Afortunadamente la familia que la recibió, conformada por un colombiano, primo de su mamá, casado con una francesa y con dos niños pequeños le hizo la vida amable y la acogieron con cariño.
Aprendió a cocinar platos sofisticados de la culinaria francesa gracias a la dueña de casa, una verdaderda gourmet. Se dedicó a compatir con los pequeños hijos de la pareja y aprovechó para aprender algo de francés.
¿Cómo traer a Daniela a casa?
Mientras tanto en Bogotá su familia hacía toda clase de averiguaciones para traerla de vuelta a Colombia. Daniela optó por comunicarse con el consulado en Londres. "Fueron muy amables, me atendieron y resolvieron mis dudas" dijo Daniela cuando Kienyke.com dialogó con ella.
Sobre lo que si no le dieron razón fue de una fecha probable para ser incluida en un vuelo humanitario. Podrían pasar muchas semanas antes de que le informaran si figuraría en la lista de pasajeros.
Dice Daniela que el consulado de Colombia en Londres se portó muy bien y que lo que tuvo que ver con el vuelo también funcionó perefectamente, pero que de nada sirvieron las medidas de seguridad porque el viaje,y la salida del aeropuerto ElDorado se rompieron todos los protocolos de sanidad.
Entre lo que le informaron para su llegada a su casa que personal de Migración Colombia la entregarían a sus padres y verificarían que ellos tuvieran listas las condiciones de cuarentena para ella. Nada de eso se cumplió, afortunadamente sus responsables padres la tienen aislada para cumplir con todas esas reglas que de manera ligera la entidad encargada de la seguridad de los viajeros nunca cumplieron.