
Paraguay está conmocionado tras el feminicidio de María Fernanda Benítez, una joven de 17 años que fue hallada calcinada el pasado sábado 31 de mayo en un terreno baldío, justo frente a la casa de su pareja. La adolescente, que estaba embarazada de aproximadamente cuatro meses, había sido reportada como desaparecida desde el 27 de mayo. Las primeras investigaciones indican que murió por inhalación de humo, lo que sugiere que aún estaba viva cuando fue quemada.
El caso, catalogado como feminicidio y homicidio doloso agravado, ha encendido la alarma sobre la violencia de género en el país, especialmente contra adolescentes y mujeres embarazadas. Las autoridades también investigan un posible aborto forzado, ya que el embarazo sería un elemento clave en el crimen.
Sospechosos cercanos: su pareja y una amiga
Los principales sospechosos son Bernardo, su pareja sentimental, y Mikhaela Chiara, amiga del joven. Ambos están detenidos. Durante la investigación, se descubrieron conversaciones en las que los implicados, presuntamente, planificaban cómo "deshacerse" de María Fernanda.
Primero consideraron darle una pastilla abortiva, que según se lee en los mensajes filtrados, "no funcionó". Luego, evaluaron opciones tan crueles como inyectarle aire en una vena para provocar una muerte "rara e indetectable".
Finalmente, todo apunta a que eligieron un método aún más inhumano: quemarla viva. El informe forense confirma que la joven no murió antes del incendio, sino que inhaló humo, lo que significa que estaba consciente o semiconsciente al momento de ser quemada.
El trasfondo: control, rechazo y violencia estructural
La familia de la víctima ha ofrecido declaraciones que arrojan luz sobre el entorno hostil en el que vivía María Fernanda. Su padre, Leonardo Benítez, reveló que su hija había sido víctima de violación en una fiesta escolar. También denunció que la madre de Bernardo presionaba insistentemente a la joven para que abortara, temiendo que el embarazo afectara la reputación de su hijo.
"Le atacó verbalmente, la presionó psicológicamente, no quería al bebé porque les iba a comprometer", declaró el padre ante medios locales. Aunque estas versiones aún no han sido confirmadas oficialmente, coinciden con la línea investigativa que apunta al embarazo como detonante del crimen.
Además, se investiga si Bernardo mantenía otra relación sentimental, lo que habría agravado su rechazo al embarazo y lo motivó, presuntamente, a planear el asesinato junto con su amiga.
Violencia feminicida: una crisis que no da tregua
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de políticas efectivas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en Paraguay y América Latina. María Fernanda no solo fue víctima de una pareja que no aceptaba su embarazo, sino también de un sistema que falló en protegerla.
En Paraguay, el feminicidio es una figura penal reconocida desde 2017, pero los altos índices de impunidad siguen siendo una barrera para la justicia. Según datos del Ministerio de la Mujer, en 2024 se reportaron más de 30 casos de feminicidio en el país, muchos de ellos con señales de alerta previas que no fueron atendidas.
Justicia y memoria
El feminicidio de María Fernanda Benítez no puede convertirse en una estadística más. Su historia debe ser un llamado urgente a las instituciones, a la sociedad civil y a los medios de comunicación para visibilizar, educar y actuar ante la violencia de género.
El clamor por justicia resuena en redes sociales, donde miles de personas han compartido su indignación bajo etiquetas como #JusticiaParaMaríaFernanda y #NiUnaMenos. La investigación continúa, pero lo que ya es claro es que este crimen brutal evidencia la necesidad de reforzar la educación sexual integral, la protección efectiva a víctimas de violencia y el acceso seguro a servicios de salud reproductiva.