Es inevitable, las ansias de poder son inherentes al ser humano, el querer dominar influir, sobresalir son hasta cierto punto facetas normales en nuestro desarrollo como ser y los roles que jugamos en la sociedad.
El problema es cuando estas facetas toman ciertos rasgos patológicos -figurativamente, es obvio que no soy psiquiatra- y estas emociones terminan dominando a la persona.
Nuestro ex-presidente, presenta esas facetas, aquellas en las que demuestra no poder vivir siendo alguien del común, pasar desapercibido, dedicarse a su pensión vitalicia, seguir comprando propiedades y ganado, no el no puede ser una persona normal.
No me preocuparía tanto esta situación, si se mantuviera al margen de los problemas que ya no le incumben y una de las cosas que más me preocupa es que se venda como el Mesías, salvador de este país, lo peor, existe gente que lo cree y peor aún el se lo cree.
Existen dos formas hipotéticas que Álvaro vuelva al poder:
-Vicepresidente de la nación: Sencillo pongamos de candidato presidencial a Perencejo Títere de la U y coloquemos en formula a Don Álvaro. Son electos y al poco tiempo el títere abdica, renuncia, se enferma, o sufre un accidente y ocurre lo que casi nunca ha ocurrido, el vicepresidente asume el cargo, casi siempre lo hace un ministro, pero esta vez como es Don Álvaro, de seguro cambiara todo.
-Presidente del Congreso: Se lanza Don Álvaro en la lista del partido, es electo con los votos necesarios -pocos con relación a los necesarios para ser presidente- posteriormente, logra coaliciones o mayoría en el Senado y cobrando favores o generando lo que mejor sabe hacer -terror- logra llegar a la presidencia del legislativo.
Ninguno de los dos escenarios son utópicos, ninguno está por fuera de la ley, ninguno es anticonstitucional, tal vez ustedes conozcan mas escenarios, yo solo conozco esos, pero cuantos sean, logran infundirme un dolor tremendo por lo que le esperaría a mi país y a los enemigos públicos de ese señor.
No es difícil que suceda, sobre todo en un país que sufre de amnesia, un país que como ya lo he mencionado antes olvido lo que hizo su Ministro de Defensa y lo eligió presidente, tenemos harta experiencia en eso, en 1989 asesinaron a Galán y a los dos días se nos olvido cuando Iguarán anoto dos goles en el metropolitano aquí en mi Barranquilla del alma.
Sí, somos expertos olvidando, nos olvidamos de que alguien que fue nombrado "Mejor Policía del Mundo" y que luego sin sentir la menor vergüenza se ve involucrado en tan atroz crimen, nos olvidamos del Palacio de Justicia, de los falsos positivos, de las cooperativas, del DAS, olvidamos todo.
Durante 8 años le prometí a mi padre no hablar de una de las cosas que más nos gusta a ambos, hablar de política, le dije que mientras el Emperador estuviese en el trono, no perdería mi tiempo hablando de una democracia turbia y una seguridad democrática que solo lo protege a él, hoy espero que este país reaccione y no me tenga que sacrificar de las grandes tertulias con mi padre.
@jebr10
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Danzando con el lobo
Vie, 25/11/2011 - 18:01
Es inevitable, las ansias de poder son inherentes al ser humano, el querer dominar influir, sobresalir son hasta cierto punto facetas normales en nuestro desarrollo como ser y los roles que jugamos en