El ascensor

Todos los días me subo al ascensor del hospital en el piso 1 de 9 que tiene en total. Todos los días, en el primer piso hay alguien que pregunta “¿Sube?”. Así mismo cuando usted está en el noveno piso se sube al ascensor, va por el piso 7 bajando (para efectos prácticos cualquier otro piso diferente al 1), siempre hay alguien, o varios, que preguntan “¿Baja?”. Al principio yo respondía de la forma más decente “si señora, si baja” o “si señor va subiendo”, ya no. ¿Cómo es posible teniendo sólo dos opciones (subir o bajar) la gente tenga que preguntar? ¿Es que acaso no fueron ellos los que oprimieron el botón deseado? ¿Es tan difícil? Creo que no. Hubo una época hace poco que instalaron unas señales que decían “oprima este botón para subir” y tenía una flecha que señalaba el botón hacia arriba. Esta práctica falló, la gente, con todo y las señales, seguí preguntando lo mismo. Finalmente decidieron quitar esas señales y fue plata perdida. He estado pensando porqué sucede esto, y he llegado a dos posibles conclusiones. La primera, la gente no sabe cómo funciona un ascensor, ni que botón sirve para qué y que el ascensor en sí, es un invento diabólico. La segunda, que creo que es la más probable, es que los usuarios del ascensor somos todos unos flojos, pero que hay algunos aún más flojos que sólo oprimen un botón y esperan que llegue y en vez de tomarse 5 segundos para ver la dirección de la flecha prefieren hacer la pregunta de “¿Sube?” cómo si la dirección del ascensor fuera a cambiar súbitamente por arte de magia. En fin, para que necesitamos estadísticas de analfabetismo, si  con sólo subirnos al ascensor y contar cuántas personas al día hacen la pregunta de “¿Sube?” o “¿Baja?”, esa muestra representativa de colombianos nos arrojaría datos más confiables de analfabetismo, es decir mucho más altos que los que reporta el DANE. Sobre todo de lo que se conoce como "analfabetas funcionales", que es lo que predomina en nuestro país. P.S: Prefiero no hablar de los que ven la fila enfrente del ascensor y deciden que “no existe” y entran cómo si nada al ascensor, o de aquellos que van del primer al segundo piso en ascensor y menos aún de los que necesitan los letreros de Transmilenio también en los ascensores de “dejar salir primero es ingresar más rápido”, que empujan en la misma puerta del ascensor.