Una obra de arte inquietante, que impacta visualmente tanto por sus dimensiones colosales como por la tragedia real que representa es Le Radeau de la Méduse, exhibida actualmente en el museo de Louvre. Los hechos que inspiraron al joven pintor Théodore Géricault sucedieron el 05 de julio de 1816, en la costa de Mauritania, cuando una fragata de la marina francesa llamada Méduse encalló en el banco de Arguin (entre las islas canarias y cabo verde) y naufragó.
De los 240 pasajeros y 160 miembros de la tripulación, la mayoría utilizaron los 06 botes de salvamento disponibles a bordo (que tenían capacidad solo para 250 personas); y el resto, 146 hombres y una mujer, fueron ubicados en una balsa de 20 metros de largo por 7 de ancho, construida improvisadamente con tablas y piezas del mástil de la fragata accidentada.
La balsa fue inicialmente acarreada por los botes de salvamento y luego arrojada a su propia suerte en alta mar (quizá intencionalmente, y en todo caso, en contra de lo prometido), emprendiendo así una angustiosa travesía de 13 días en los que sus ocupantes enfrentaron peleas, muertes, hambre, deshidratación, locura, desespero y canibalismo, como resultado de lo cual solo lograron ser rescatadas con vida 15 personas al final del viacrucis, y gracias al bergantín L’argus.
La primera noche del dramático viaje 20 personas se suicidaron o fueron asesinadas como consecuencia de los enfrentamientos internos derivados de la escases y pérdida de provisiones, que consistían en una caja de galletas, agua y barriles de vino.
Durante el trayecto se suicidaron o fueron asesinados el resto de los pasajeros, bien por la locura de algunos o por el amotinamiento de otros. Motines que promovieron varios infantes de marina que se hallaban inermes en los extremos de la balsa, en situación incómoda, y que pretendían conseguir ubicarse en el centro de la misma, donde se encontraban los oficiales armados y los pasajeros distinguidos en una posición más confortable, y quienes ante los avances de los amotinados no dudaron en defender sus posiciones privilegiadas a sangre y fuego. Posteriormente los oficiales llegarían a afirmar que mataron 65 personas en legítima defensa.
Una de las causas de este fatal acontecimiento fue atribuida a la inexperiencia del Capitán de la fragata, cuyo cargo obtuvo gracias a su linaje e influencias, siendo como era un vizconde durante el periodo de la restauración de la monarquía francesa.
Uno de los pasajeros, de color y extracción popular, que sobresale en el cuadro de Géricault, sobrevivió gracias a que era quien ejecutaba las órdenes espeluznantes que impartían los oficiales. Sin embargo, él y otros tres, paradójicamente fallecieron luego de ser rescatados, a causa de la indigestión que les produjo el exceso de comida humana.
La pintura fue un desafío para la clase política y un reto para el mundo del arte, que solía ser inofensivo en sus propuestas. Retrata el momento exacto en que los náufragos divisan el mástil del bergantín que finalmente los rescató. Antes del hundimiento del Titanic, este fue el desastre naviero más famoso y conmovedor de la historia moderna de la navegación.
@amvela
Fuentes: El naufragio de la Medusa. (Senegal 1816). Traducción Juan Carlos Martínez. Ediciones El viento. https://docs.google.com/document/edit?id=1uW_8DbHTQ2THdSrViFYFgFPIE125x5zDai4hVw5VZpM&hl=es&pli=1
