El otro presidente olvidado

Desde el 25 de enero y hasta el 18 de julio de 1861, ocurrió en Colombia un evento singular, inédito y del cual se conservan muy pocos registros, la presidencia de Juan José Nieto, el único presidente negro que gobernó este godo, racista y excluyente país y quien en un acto de racismo puro y duro fue excluido de la historia del país, al punto de que su nombre y su cuadro fue retirado de los anales y de los libros de historia, hasta que en un dedicado ejercicio histórico, Orlando Fals Borda se dio a la tarea de rescatar su nombre del olvido. Según Fals Borda, el presidente Nieto habría nacido en Baranoa, hijo de zamba y español, de familia pobre y que para rematar era negro, aunque relata el sociólogo en su libro “El Presidente Nieto”, que era bien parecido y que gracias a ello, logró mezclarse con facilidad entre la encopetada sociedad de la época, pero que fue esa misma clase oligarca y de alta alcurnia que impidió que alguien de raza negra fuera reconocido como Presidente de los Estados Unidos de Colombia, por lo que se dieron a la tarea de borrar sus registros de la historia, al punto que su cuadro fue retirado de la galería de expresidentes, no sin antes haberlo enviado a Francia para que su rostro fuera “blanqueado”, es decir; su tez fue atenuada a fin de que no se notara su origen afrocolombiano, luego el cuadro fue guardado en la Academia de Historia de Cartagena, en donde quedó en el olvido. El justo reconocimiento de este personaje de la historia, si bien inicia con la labor investigativa de Fals Borda, fueron Amylkar Acosta y principalmente el periodista Gonzalo Guillen quienes se propusieron devolver a su lugar de honor a este insigne personaje y reivindicar no solo la raza negra, sino también a aquellas personas que aportaron a la historia y que por no pertenecer a la sociedad "tradicional", ultra conservadora y claramente discriminatoria, son simplemente eliminados de la historia del país. Aunque si esto ocurrió con un Presidente, General y caudillo, no es de extrañar lo que ocurre con el resto de la sociedad negra y afrodescendiente del país, siendo omitidos de cargos importantes y hasta minimizados, olvidados y claramente discriminados, casos como el de la periodista Ilia Calderón, periodista de Univisión, quien denunció amenazas de un miembro del Ku Klux Klan por su color de piel, o el caso de la ex reina Vanessa Mendoza a quien se le negó su posesión como congresista aparentemente por su color de piel, otro de los casos de racismo en el poder es el ocurrido en el Concejo de Medellin en mayo de 2012, cuando el exdiputado Rodrigo Mesa afirmó refiriéndose a los aportes hechos al departamento del Chocó que “La plata que uno le meta al Chocó, eso es como meterle un perfume a un bollo" o incluso basta con ver como en la selección de algún ministro en cualquier gobierno (saliente o entrante), el nombramiento de una persona de raza negra se hace en cumplimiento de una “cuota afro” y no porque hayan verdaderas condiciones de igualdad para todos y todas sin importar su raza o el grupo poblacional al que pertenece. Muy loable lo que el presidente Santos ha hecho de devolver al General y Expresidente Nieto a su lugar de honor, esperemos que algún día superemos las barreras de la raza y podamos contar con un presidente negro, no por ser la cuota afro, sino porque hemos logrado ver a todos y todas en igualdad, olvidándonos si son negros, mujeres, gais, indígenas o de cualquier grupo poblacional.