La comisión arbitral de la Dimayor debe revisar el problema del déficit de calidad en su material humano, teniendo en cuenta que las decisiones de los jueces influyen demasiado en un campeonato de fútbol.
La Equidad recibía al Deportivo Cali en el Estadio de Techo con la ilusión de conseguir un excelente resultado. No obstante, el conjunto azucarero dirigido por Héctor Cárdenas, tuvo buenas oportunidades con Nicolas Benedetti y Abel Aguilar aportando la experiencia necesaria.
Al final, un penalti dudoso en el cual Miguel Murillo participó y las dos expulsiones a Diego Álvarez y Stalin Motta, fueron los detonantes de la hecatombe: peleas en la entrada de los camerinos y Carlos Mario Zuluaga con la ira desatada, buscando encarar al Ulises Arrieta.
A decir verdad, no me parece una situación fuera de lo normal lo ocurrido en la zona mixta de Techo el 30 de abril de 2017, y hay algo por decir, que lo tomo como juicio emitido desde lo visto en las actuaciones del señor Arrieta: Se veía venir y quizá bien merecido los tenía. Con todo el respeto que se merece la Comisión Arbitral de la Dimayor dirigida por el señor Imer Machado, la falta de ineptitud y eficacia para la designación de árbitros está por el suelo. Quizá debe existir un protocolo de selección y filtro para la designación arbitral, pero todo ello debe estar mediado por encargados como los funcionarios de la Dimayor que hacen presencia en el estadio.
Pero todo ello ha llegado al punto de retomar el debate que viene gestándose algún tiempo atrás: el videoarbitraje. Y volveríamos en el intercambio de argumentos con unos diciendo: “es que el fútbol se desnaturalizaría con la implementación de la tecnología” y otros saldrían con el tema de: “así se acabarían tantas injusticias que se presentan en los campos de juego”. Sería un sinfin de discusiones que no llevarían al acuerdo mutuo en el mundo del fútbol.
No obstante, se aplicó en el pasado Mundial de Clubes de Japón donde Atlético Nacional fue el principal afectado por la medida. Que casualidad la vida … porque dicen muchos apasionados que el conjunto paisa, es el consentido de la Dimayor.
Viendo la situación de esta forma, también en el debate podría entrar nuevamente al tema de las posiciones naturales, antinaturales, las intenciones de las faltas por parte de los jugadores, las sanciones que deben determinarse en jugadas de riesgo y así… casi igual que una novela (a diferencia que los antagonistas no exageran su poder ante los protagonistas).
Es por ello que, el tema es tan complicado de analizar, que se necesitaría mucho tiempo de trabajo y esfuerzo para llegar por lo menos a un diálogo entre las partes (árbitros y futbolistas) para “crear” un nuevo reglamento del deporte rey. No siendo más, creo que todo ser humano jamás estará exento a cometer errores (por muy poderoso e importante que sea) y muchas veces los justos pagan por pecadores, y hoy puedo decir: existe un pecado entre los justos.
