Los huracanes y tifones son fuerzas climáticas muy poderosas de la naturaleza y forman parte del ciclo normal de este planeta, el hombre y todas las demás especies que habitan y habitaron la TIERRA en todas sus épocas, han tenido que convivir con estos gigantescos monstruos naturales. Hasta este punto diríamos que no hay nada nuevo a lo que ya sabemos, pero el problema se viene presentando en la actualidad con mayor frecuencia y más intensidad debido a un nuevo actor en el juego, un actor despiadado, altamente peligroso, destructivo y devastador, peor aún que los huracanes mismos, es el calentamiento global, un terrible y monumental problema que ocasiona el aumento en el poder destructivo de los huracanes y tifones.
Podemos decir de manera veraz y apoyados en estudios muy serios, que la fuerza devastadora de tifones y huracanes viene aumentando dramáticamente debido al calentamiento global, incrementando así la crisis climática a nivel mundial.
La fuerza destructiva y el poder de estos fenómenos naturales ha venido creciendo progresivamente en las últimas tres décadas, es por esto que el tifón Haiyan que golpeo sin misericordia a Filipinas, el pasado viernes 8 de noviembre de 2013, se ha registrado como el más fuerte en toda la historia y las noticias no son esperanzadoras porque si en decenios recientes el peligro ha venido aumentando, se espera que de seguir por el camino que vamos, los próximos huracanes y tifones serán igual o más fuertes que Haiyan y peor aún más repetidos de lo normal.
Estos fenómenos naturales potenciados por el calentamiento global dejan a su paso muerte, destrucción, desolación, abandono, miseria y tantas otras cosas más. Lo peor de todo es que los seres humanos no logran ponerse de acuerdo para ayudarle al planeta y reducir dicho problema, es así como de manera hipócrita países industrializados que son los mayores generadores del problema, se muestran amigables, adoloridos y rasgan sus vestiduras, envían ayuda humanitaria a los países damnificados que por lo general son los más pobres económicamente.
No decimos que el envió de estas ayudas este mal, por el contrario está muy bien y es lo mínimo que deberían hacer. El grave problema, lo que si está muy mal realmente, es la falta de voluntad de estos países poderosos para trabajar contra la crisis climática y el problema del calentamiento global.
De muy poco o nada vale hacer campañas humanitarias y recolectar fondos para enviar ayudas, si van a seguir con un modelo económico que aumenta el problema del calentamiento global. ¨Es hipócrita enviar ayudas humanitarias por un lado, mientras por el otro no existe una real voluntad para dejar las energías contaminantes, y la economía basada en quema de combustibles fósiles para conseguir la llamada energía sucia, que tanto daño le ha hecho al planeta a sus seres vivos y a toda la humanidad¨.
Es tiempo de empezar a cambiar, es tiempo de dejar este planeta mejor de cómo lo encontramos, es tiempo para dejar de pelear en guerras por el sucio y contaminante petróleo, es tiempo de poner voluntad honesta, genuina y sincera para dejar de emitir o reducir significativamente los nocivos gases de efecto invernadero, es momento de buscar y dar la oportunidad a mejores alternativas, más amables con el medio ambiente, es el momento de contribuir con la reducción del calentamiento global.
En este punto de la historia humana la tecnología y la inteligencia para hacer un cambio a energías limpias ya la tenemos, solamente nos hace falta dejar el egoísmo y poner a trabajar nuestra voluntad.