La cárcel, el tiempo que no pasa nunca

Lun, 30/04/2018 - 03:00
Desarraigar, que significa –literalmente– “arrancar de raíz una planta”, también refiere a extirpar una pasión, cortar los vínculos afectivos del hombre con su origen o separarlo de su lug
Desarraigar, que significa –literalmente– “arrancar de raíz una planta”, también refiere a extirpar una pasión, cortar los vínculos afectivos del hombre con su origen o separarlo de su lugar de crianza. Un extranjero que purga pena en Estados Unidos es, ante todo, un desarraigado. En su libro Niebla en la yarda (2017), Estefanía Carvajal cuenta las historias de tres colombianos en cárceles norteamericanas condenados por narcotráfico, capturados entre 1983 y 2011. Las tres crónicas que componen la obra tienen en común que sus protagonistas, de orígenes sociales y económicos diferentes, fueron hallados culpables por la justicia estadounidense y pagaron con su libertad. Les resultó imposible resistirse a negociar con el oro blanco de la cocaína, que multiplica en valor al oro original. Narcotraficar, un crimen que tanto paga en Colombia y, a veces, se paga: fue su caso. La tentación de un kilo de coca de 4 millones de pesos en Colombia que, traficado al detal, puede dejar ganancias de un 20 mil por ciento. Por una inversión de 1.500 dólares ganancias de 300 mil. Decidieron delinquir en el país donde tienen la mayor población carcelaria del mundo para demostrar la fortaleza de su Estado, así se les vaya el fisco en su empeño: más de 2 millones 300 mil presos y una inversión de 55 mil millones de dólares al año –uno de los sistemas penitenciarios más duros del mundo–. Asdrúbal Brid, Javier Marulanda y El Lince, como dice la autora, “eligieron cometer un crimen y, conscientemente, exponerse a ese riesgo”. Lo pagaron. No se trata de historias sobre el crimen, sino de historias sobre el castigo. En una de sus varias presentaciones, la autora comentó que fue un reto elaborar un trabajo que no entrara en el apogeo de las narconovelas o de la literatura light sobre lo narco en Colombia. Con el borrador de la obra –que fue su tesis de grado, titulada Tras rejas extranjeras– ganó el premio a mejor tesis del Círculo de Periodistas de Bogotá en el año 2016. Un castigo común con tiempos diferentes: el mismo desasosiego, la misma incertidumbre y el mismo deseo de libertad. Ahonda en cada descripción de lugar, tiempo y acción, y escenifica así lo que no puede verse en una visita de mesa, vidrio y teléfono en medio: la verdad de los detalles. Con ellos documenta la versión humana de una historia de delincuencia contada por sus protagonistas. Ni derechos humanos, ni privacidad, ni familia: dureza y crudeza. Así dicen que es la cárcel. “Era, en parte, ver las cosas del lado de los villanos y contar su historia, su versión del delito que cometieron y lo que vivieron después”, dice Carvajal. De cuándo los capturaron y cómo vieron su vida en ese instante. Su relación con el tiempo y la sensación de que durmiendo no existiera. Las pastillas, dormir, despertar, la rutina. Un tiempo que se pasa tan despacio que no se pasa nunca. Cómo fueron sus noches y sus días, su alimentación y su sexualidad; de la cárcel Modelo de Bogotá al avión que los llevó a la cárcel en el extranjero, del avión a la primera de varias estancias; los intentos de huida y los compañeros de encierro –célebres, interesantes, indescifrables–;  del pabellón de extraditables de La Picota a las cárceles-fortaleza de Rappahannock, Coleman, Pollock, Lompoc o Tallahassee en Estados Unidos; foto de frente y de perfil, huellas, que si enfermedades, que si tatuajes, dieta; de los privilegios selectivos del pabellón, al despojo de su individualidad en EE. UU; los gringos negros, los gringos blancos, las sectas y sus conflictos; lo difícil que es ser latino en EE. UU., sumado a serlo dentro de una de sus cárceles. Una descripción rica y una excelente muestra de periodismo narrativo. “La yarda es el único lugar de la prisión donde los reos pueden ver el azul del cielo y oler el pasto recién cortado y por unos minutos –que a veces son horas– sentirse un poco más libres”, se lee en el libro. Niebla en la yarda es una obra que cuenta la historia de tres colombianos que resistieron esa múltiple condición de desarraigo solo para volver y, tal vez, volver a empezar. Título: Niebla en la yarda. Autora: Estefanía Carvajal. Editorial: Angosta Editores. Precio: $52.000 (Librería Nacional). Páginas: 221. Amaury Núñez González | @AmauryNG
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