Si existe un lugar donde se refleja la desidia del Estado, el incumplimiento de todas las promesas, la inutilidad e ineptitud de los dirigentes, la corrupción, la falta de planeación, la inseguridad, y los pobres resultados de las políticas sociales, es en el Pacífico. Un territorio extenso, rico, paradisíaco, provisto de todo tipo de especies vegetales y animales, de ríos exuberantes y cristalinos.
Y allí esta Buenaventura, con una ubicación excepcional, siendo una estratégica ruta comercial hacia todos los países asiáticos. En su puerto atracan barcos procedentes de África, Asia y en general, de todos los países que conforman la cuenca del pacífico. Aunque su primer renglón es la actividad portuaria, los beneficios locales derivados de ello no resultan significativos para sus pobladores. Lo cual también viene sucediendo con el negocio maderero y pesquero, dos de sus mayores actividades comerciales.
¡Buenaventura ya no aguanta más!. Esta protestando contra el abandono y la ausencia del Estado. Se ha rebelado contra la exclusión y la discriminación. Contra la situación económica deplorable. Contra la falta de planeación. Contra la falta de educación, salud y servicios públicos. En suma, esta protestando por el derecho a vivir. A vivir con dignidad.
Y las protestas en este país lamentablemente tienen que ser bulliciosas, muy bulliciosas, porque el Estado, o es sordo, o no entienden de razones y argumentos, ni de mesas de concertación, ni de palabras empeñadas con los ciudadanos del común.
Buenaventura ha sido una tarea pospuesta. Aplazada. Como el Chocó en su conjunto. Territorios sin dolientes. Abandonados a su propia suerte. Condenados a vivir en la miseria.
Seis de cada diez boneverenses son pobres y desempleados, no obstante que el 60% de las exportaciones y el 52% de las importaciones de Colombia transitan por su puerto. Sin duda, el puerto más importante, por el volumen de toneladas que moviliza anualmente (desde el 2017 está en capacidad de mover 600.000 contenedores por año), y por la infraestructura que lo busca conectar en un futuro no muy lejano, con lo cual se ubicará dentro de los puertos sudamericanos más competitivos.
Buenaventura es un distrito biodiverso y ecoturístico. Vive fundamentalmente de la actividad portuaria, del turismo, de la explotación maderera, de la pesca, de los cultivos de palma africana, del chontaduro, del borojó, del cacao y del caucho.
En cuanto al turismo, sobresalen por su belleza los ríos de aguas cristalinas, los bosques y las playas. Aunque hay mucha agua, sus pobladores se están muriendo de sed. Viven en las inmediaciones de un paraíso, pero atraviesan un verdadero infierno, por cuenta de las bandas criminales y el narcotráfico. A pesar de tener una industria pesquera, los locales solo se benefician de la pesca artesanal; y aunque tienen madera, solo la industria a gran escala la sabe aprovechar.
¡Este sigue siendo un país con una gran deuda social! ¡Ojalá algún día Buenaventura, pueda hacer honor a su nombre!
@amvela
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