Cuando ocurren incidentes como el recientemente ocurrido en el centro comercial Andino, sumado a los muchos trinos y comentarios en redes sociales al respecto, en los que se condena y señalan culpables de manera anticipada, es en donde cabe recordar lo que ha sido nuestra historia de guerra; la memoria y la palabra es lo único que nos queda para defender la paz.
La memoria como ejercicio de reencontrarnos con nuestro pasado, con nuestra historia y lo que nos ha llevado a ser hoy día lo que somos como país y la palabra, como conector entre todos, el dialogo, la comunicación, la palabra en general como herramienta de encuentro social.
Desde que entró en vigencia la Ley de Justicia y Paz, en el pasado proceso de paz con los paras y como parte de la labor realizada por la extinta Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, se viene trabajando alrededor de la memoria histórica como un aliado para la paz, por medio del Grupo de Memoria Histórica, hoy, este reto esta en manos de distintas entidades como el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación en Bogotá o del Centro Nacional de Memoria Histórica, quienes, a través de sus informes y de diferentes estrategias de construcción de memoria, vienen aportando a la consolidación de la paz en el país, al igual que otras iniciativas publicas o privadas, algunas nacionales y otras locales, pero esta tarea sería incompleta, si los colombianos no acudimos a ella, a la memoria histórica, como un referente para entender lo que significan hechos como la reciente explosión en el Andino, con el saldo ya conocido por todos.
Es esta misma la razón por la cual, no podemos tomar este incidente como producto de los eventos actuales de construcción de paz en el país o como consecuencia de los acuerdos en La Habana o los que se adelantan con el ELN o asumir que este evento es único y que en otras circunstancias no hubiera ocurrido. La única manera en la que este tipo de incidentes no vuelvan a ocurrir es que trabajemos por una causa común que nos una, es convertir el Articulo 22 de la Constitución Política de Colombia en una realidad, ese que reza que "la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento".
Pero mas allá de la retorica política, reconocer como los hechos de sangre que otrora nos llenaron de luto, son justamente la razón por la que debemos avanzar hacia la construcción de esa paz anhelada por todos.
Otra de las herramientas con la que contamos los colombianos, es la palabra, esa que nos une y que hoy día, esta siendo utilizada para dividir, para agredir o para aprovechar eventos como estos para desinformar y crear un caos mayor. Cada vez que lanzamos una frase de odio o utilizamos este tipo de incidente con el fin de darle fuerza a cualquier movimiento político, detonamos nuevamente una bomba.
En nuestras manos esta el cambiar o no esa realidad, transformando, desarmando la manera en la que nos comunicamos entre nosotros, cambiando los discursos de odio en discursos de reconciliación.
Es tiempo que nos encontremos y nos reconozcamos en la historia común que nos une, pero también es necesario que encontremos la manera en la que la palabra no nos separe, es tiempo de trabajar en un fin común, estos eventos desafortunados deben servir para eso, para encontrarnos, para reconocernos parte de un solo país y evitar a toda costa que cualquiera venga y haga trizas la paz que es de todos.
La memoria y la palabra; las únicas herramientas que nos quedan para la paz
Jue, 22/06/2017 - 09:22
Cuando ocurren incidentes como el recientemente ocurrido en el centro comercial Andino, sumado a los muchos trinos y comentarios en redes sociales al respecto, en los que se condena y señalan culpabl