Fuente Imagen: Portafolio (página web – 30/08/12)
Si hay algo que ha caracterizado al departamento de Antioquia a lo largo de su historia es su empuje y la visión a corto, mediano y largo plazo que tienen para desarrollar sus obras; por ejemplo la colonización en el Gran Caldas, Valle y Tolima, el café como eje agrícola en el país, los grandes proyectos de ingeniería y las represas como el Grupo Porce. Pero en los últimos días se han empeñado en desarrollar un proyecto que tiene los suficientes argumentos para su puesta en marcha, como lo es Hidroituango. Todo a nivel de papeleo se ha trabajado en forma rápida (inclusive con ciertas polémicas) y extraña, que la adjudicación se hizo sin presencia de delegado de la Procuraduría General de la Nación (¿Qué tendrá que decir al respecto el Dr. Ordoñez?), así como la parte ambiental y sostenible ha pasado a ser un segundo plano, donde ni siquiera se ha tenido en cuenta la voz de los habitantes de la zona que se vería afectada por dicho proyecto (las mesas de concertación son prácticamente grilletes y cadenas).
En días pasados, en una decisión que se sabía por palancas descaradas, la firma ganadora fue el Consorcio Colombo – Brasilero CCC, conformado por las empresas Camargo Correa S.A (empresa brasilera), Conconcreto S.A y Coninsa Ramón H. S.A (estás dos últimas colombianas); mejor dicho, si en Brasil legalizaron un trío de dos mujeres y un hombre, por razones desconocidas, aquí lo hicieron a nivel empresarial. Las empresas que perdieron y que no fueron escuchadas lo suficientemente en este caso fueron (según el diario La República): Unión Temporal Aoco, Pescasero Ituango y OMS Ituango. Este asunto legal tendrá que ser sustentado por las Empresas Públicas de Medellín S.A, porque el presupuesto estimado para algo así fue de $1.89 billones de pesos, que no es cualquier bicoca. Y además, sería lamentable que la seriedad de EPM se viese oscurecida por un caso de adjudicaciones hechas a la topa tolondra, con consecuencias nefastas para Colombia.
Pero las denuncias crecen con un hecho que se denunció en El Espectador en días pasados, y es que personal del consorcio ganador, habría participado en la elaboración de los diseños, causando que tuviese cercanía a información privilegiada, sumándole el hecho de que EPM habría estado cambiando los términos de los pliegos de la licitación, y que por ende, el consorcio ganador no solo se salvaría de haber quedado por fuera de la competencia, sino que lo tendría todo servido para ganar. Bueno, este sería otro de los casos habituales en el país con licitaciones de grandes proyectos de infraestructura. Aquí viene la pregunta, ¿qué pasa con la parte ambiental y sostenible? Porque una represa hace y deshace (sobre todo con escandalosas licitaciones y bajo las manos de personal no idóneo), puede producir efectos colaterales inmanejables en esta materia. Pero como dicen por ahí, hay que mirar primero los propósitos en esta materia; y se puede leer así:
- EPM: Los servicios públicos domiciliarios son esenciales para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Éstos, emplean como materia prima los recursos proporcionados por la naturaleza y han necesitado el ingenio del ser humano, para el desarrollo de tecnología e infraestructura que permitan su generación y distribución.
- Camargo Correa S.A: Se busca el equilibrio perfecto entre el desarrollo económico junto con la sostenibilidad económica y ambiental, enfocado hacia un futuro mejor para todos (traducción del portugués al español hecha por el autor).
- Conconcreto S.A: Tenemos obras a lo largo y ancho del país en las que avanzamos día a día, gracias al talento humano, la innovación y la sostenibilidad.
- Coninsa Ramón H S.A: Trabajamos con el compromiso de satisfacer a nuestros Clientes, crecer mutuamente con nuestros Colaboradores, crear valor perceptible para los Accionistas y transformar el hábitat en pro de una mejor calidad de vida.