Tus ideales te harán fácil de recordar e imposible de olvidar. Las ideas reflejan el talento creador del ser humano y son los destellos de la genialidad. Erudito es quien ha acumulado mucha información y tiene una memoria privilegiada; en cambio, genio es aquel que tiene la capacidad de combinar y utilizar la información, muchas veces de origen diferente, que para muy pocos es posible visualizar.
Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros hemos visto caer una manzana de un árbol? Muchos; pero solamente un señor llamado Isaac Newton observó en este acontecimiento tan común una respuesta al misterio de la caída de los cuerpos y de la atracción, perfilando así su famosa Ley de la Gravedad, que revolucionó el mundo de la física y dio inicio a innumerables estudios científicos en todo el mundo.
El ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios. La pregunta es: ¿cómo hace el ser humano para ser semejante a Dios? Si Dios es el creador por excelencia y su definición es “quien crea de la nada”, ¿de dónde hereda el hombre la posibilidad de ser semejante a Él?
En la cocreación, es decir, cuando creamos, nos asemejamos a la grandiosidad del creador; en el proceso creativo el ser humano refleja su origen Divino. Las buenas ideas nos hacen destacar; aún más, si logramos con nuestra audacia llevarlas a la práctica ganaremos el prestigio de emprendedores, de seres desafiantes, capaces de lograr cristalizar lo que se nos ocurra llevar a cabo.
Claro, algunas veces no alcanzaremos nuestras metas, pero los triunfos, aunque no son tantos como los intentos, nos hacen ganar respeto frente a los demás y a nosotros mismos.
Los que han hecho avanzar al mundo son los idealistas; son aquellos pocos que han dedicado su vida a la realización de sueños en beneficio de los demás, donde su egocentrismo fue rebasado por su propia generosidad; son aquellos que han puesto los intereses de la comunidad por encima de los propios; son los que han asumido la responsabilidad de problemas que ellos no han provocado; son más grandes que la libertad, pues asumen con heroísmo resolver problemas que ellos no han causado. Encontramos a aquel que se compromete a salvar la vida del planeta y a los niños, de la miseria; quien lleva la estrella de la libertad a un pueblo esclavizado, rescata a un joven de la drogadicción, da consuelo a un anciano abandonado. A aquellos que han superado la reciprocidad del amor limitado, sin importarles la recompensa, les basta con amar a quienes no conocen.
Dar la vida por seres que tal vez nunca se conocerá es el mayor valor de todos aquellos que se han entregado plenamente para heredarnos un mundo mejor.
LOS TRIUNFADORES DE ORDEN SUPERIOR SON INVENCIBLES.
NADIE PODRÁ BORRARLOS DE LA MEMORIA, PUES HAN CONTRIBUIDO A HACER DEL HOMBRE UN SER MÁS DIGNO Y JUSTO
