Lo que se juega Colombia en el 2018: ¿continuismo o cambio?

Mar, 09/01/2018 - 03:40
2018 será un año definitivo, no solo porque se jugará en Rusia la vigésimo primera edición del mundial de fútbol o porque Alemania podría levantar su quinta copa, o Brasil alcanzar su sexto cam
2018 será un año definitivo, no solo porque se jugará en Rusia la vigésimo primera edición del mundial de fútbol o porque Alemania podría levantar su quinta copa, o Brasil alcanzar su sexto campeonato, o –quién quita– Colombia dar la gran sorpresa. Pero 2018 va mucho más allá del fútbol. Será un año en el que los colombianos definiremos el rumbo de las próximas generaciones. El país tendrá que decidir si continúa por el mismo camino de hace décadas, plagado de corrupción, desigualdad y atraso productivo, o toma las riendas de su futuro y apuesta por un cambio. Ante dicho panorama, quienes nos han mal gobernado insisten en que en las elecciones de marzo al Congreso y de mayo a la Presidencia, vuelvan a decidir entre la guerra y la paz, entre los del Sí y los del No, campo de juego en el que se sienten a gusto, pues ahí han jugado de locales durante décadas. Y lo peor: siempre han ganado. De ahí su obstinación para que el centro del debate no sea la corrupción, el desempleo y la crisis económica derivada de la desindustrialización y la quiebra del agro que ellos con sus políticas han causado. Al mantener la discusión sobre el conflicto, buscan atizar el bipartidismo, representado hoy por el Centro Democrático y la Unidad Nacional, reedición actual de la vieja disputa liberal-conservadora, en la que el pueblo, como barras bravas, se aniquila en las calles y en las redes sociales, mientras la dirigencia de uno y otro bando comparte festines y se reparte el botín. Frente a tan oscuro horizonte, surge una luz de esperanza: la Coalición Colombia. Una convergencia de movimientos ciudadanos y fuerzas políticas alternativas que a pesar de sus diferencias, logró construir consensos sobre los aspectos fundamentales que requiere con urgencia nuestra nación y definir un programa democrático, el eje del acuerdo.

Coalición Ni-Ni

La Coalición no se alinea Ni con el Centro Democrático Ni con la Unidad Nacional. No le hace el juego a la polarización y fractura de la sociedad. No apunta a construir otro frente nacional a la antigua. Por el contrario, le apuesta a una gran convergencia de todos los colombianos. Con una ventaja adicional, la Coalición logró superar el canto de sirena de siempre, el famoso llamado a “la unidad de la izquierda”, tan repetido como inviable, pues una propuesta que quiera tener posibilidades reales de ganar tiene que superar esas viejas divisiones, y lograr la unidad de diferentes sectores y espectros políticos sobre la base de unos acuerdos programáticos. Eso fue alcanzado por la Coalición, que le apuesta a un proyecto moderno, transparente e independiente “capaz de transformar a Colombia en los próximos 15 años”.

La Coalición Colombia tiene un programa nacional y democrático

El programa de la Coalición parte de una lucha frontal contra la corrupción y el clientelismo, uno de los grandes problemas del país. La Coalición propone un gobierno transparente, con énfasis en la rendición de cuentas a la ciudadanía y el acceso meritorio al empleo público: “Muchos ojos y pocas manos en la contratación estatal”. Ahora, la mejor garantía de la Coalición en este punto es que Fajardo, Claudia y Robledo son reconocidos por ser abanderados en la lucha contra la corrupción y por hacer política diferente, con argumentos y propuestas y no con tamales, lechona y contratos. La Coalición le apuesta a la educación como derecho y no como privilegio. Una educación de vanguardia y de calidad, “donde los maestros y maestras serán los protagonistas”, y que apoya con decisión la educación pública, universal y gratuita. Se la juega además por la ciencia, la tecnología y la innovación como política de Estado, importantes sectores sometidos al abandono histórico. La Coalición Colombia entiende la salud como derecho fundamental y como manifestación de una vida digna. Hace énfasis en la prevención y destaca el papel del Estado para garantizar la salud pública. Propone fortalecer la producción de medicamentos genéricos nacionales, para que haya mayor acceso a menor costo. Reconoce como elemento esencial para lograr el desarrollo la generación de empleo formal y de calidad, fortaleciendo la industria, los encadenamientos productivos y la modernización del agro, sector en el que apoyará tanto a los trabajadores agrarios como a los empresarios del campo. Llama la atención el compromiso de la Coalición Colombia con la biodiversidad y los recursos naturales, y en especial la defensa del agua como eje central de la política ambiental, la protección de nuestros páramos y fuentes hídricas, la implementación de energías limpias y la negativa al fracking, aplicando el principio de precaución. El programa deja en claro que se respetarán y aplicarán los Acuerdos de Paz. Es hora de pasar la página y acometer las grandes transformaciones que necesita Colombia. La Coalición asume el compromiso de consolidar la paz territorial con énfasis en los lugares más afectados por el conflicto. Las 27 páginas que conforman las bases programáticas también defienden el goce efectivo de los derechos de las mujeres, indígenas, afros, ciudadanos LGBTI y personas en condición de vulnerabilidad. Proponen una estructura progresiva en los impuestos –el que más tiene más paga– y una transición de impuestos indirectos a directos. La promoción de la cultura y el deporte como forma para democratizar la sociedad también son protagonistas. La seguridad rural y urbana, acompañada del fortalecimiento de la administración de justicia, pues si esta es pronta, efectiva y de calidad, se reducirá la impunidad y se logrará el efecto disuasorio de las sanciones.

La Coalición Colombia es la única alternativa que puede derrotar a los mismos con las mismas

La Coalición Colombia, con Sergio Fajardo como su candidato presidencial, es la alternativa que más unidad puede generar, la única capaz de conseguir apoyo tanto en los trabajadores –formales e informales–, como en las gentes necesitadas, en las clases medias y empresariales, en la gente que votó por el sí y por el no pero que ya no quieren más polarización. La Coalición despierta la simpatía de todas las regiones. Entonces, ante las maquinarias y los ríos de dinero del Centro Democrático y la Unidad Nacional, la Coalición Colombia es la única alternativa capaz de derrotarlos, como ha señalado el Senador Robledo. “Somos la generación a la que le llegó el turno para cambiar definitivamente nuestra historia”. Está en nuestras manos dejar que Colombia siga cayendo hacia el abismo o le apueste a la transformación pacífica, democrática y pluralista de nuestra sociedad. Eso es lo que nos jugamos en 2018. El Mundial viene después. Y Colombia puede dar la sorpresa. Andrés Pachón | @AndresPachonTor
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