Fueron casi dos meses que no escribí en este blog porque no quería utilizar este espacio para hacer proselitismo a favor de mi candidato o en contra de los otros; considero que los medios de comunicación deben informar y de forma osada opinar humildemente sobre el acontecer diario, pero en el país del Sa(n)grado Corazón todos y todas son ideólogos, estadistas, abogados, escritores y periodistas, entonces se consideran con la verdad absoluta para decir dos o tres estupideces que en lugar de garantizar el derecho a la información lo que hacen es obligar a tener la desgracia de una percepción de la realidad.
De igual forma paso con el espacio en la emisora, empezar a hablar de literatura para terminar dando “palos de ciego” con respecto a la política son de las cosas que evité para no generar dolores de cabeza a ciertas personas que se incomodan con mis comentarios y mis percepciones. Y claro, al calor de la contienda electoral es mejor evitar que los ánimos se caldeen, para mantener la cabeza fría y el espíritu en alto.
Pero bueno, ya pasadas estas contiendas es urgente hacer una lectura sobre lo acontecido para saber por dónde podemos movernos y que sombra será la que nos cobijará por estos cuatro años.
La llegada de Gustavo Petro al segundo cargo más importante del país y de su Movimiento Progresista como segunda fuerza política en Bogotá, son acciones que obligan a repensarnos los caminos establecidos tras años de hermosas acciones borreguiles, direccionadas por una moral ficticia y por un patrioterismo con tendencias fascistoides. Petro no representa simplemente una tendencia de izquierda, por el contrario el triunfo del Movimiento Progresista en cabeza de Gustavo Petro representa un primer paso hacia la reconciliación nacional.
Es por ello que hoy, en la cabeza y el corazón de todos aquellos que soñamos con un país en paz se nos abre la puerta y vemos a lo lejos la luz que nos muestra un camino lleno de esperanza, un camino que está adornado de equidad, de amor y de prosperidad.
Estas no son sólo palabras que suenan cursi, son un sueño, son el primer paso para la transformación social. Hace muchos años nunca nos imaginamos que llegaría alguien al poder proponiendo la política del amor, hoy es una realidad que la sociedad bogotana estaba esperando; no podemos permitirnos vivir con más odios, no más rencores, es hora de construir una ciudad humana ya.
Es necesario que todos y todas abracemos un proyecto social que puede ser la solución a muchos de los problemas en los que está inmersa nuestra ciudad, si las dudas sobre la posible gestión de Petro son muy fuertes es necesario que estén cerca para ayudar a corregirlas y si por el contrario sus esperanzas están puestas en la gestión de este hombre pues lo mejor es rodearlo, estar vigilante y no permitir que las plagas de la corrupción entren en esta administración.
Es claro que la corrupción permeo las instituciones del estado, debemos estar prestos para denunciarla, son muchos los camaleones que ponen sus huevitos en varios partidos o movimientos para ver que sacan, nauseabundos mercenarios de la política que van de un lugar a otro sin el menor pudor o asco. Pero somos cada vez más los colombianos que demostramos tener dignidad y le gritamos con la voz en cuello, a todos aquellos que quieren someternos, nuestro grito de libertad.
Desde hoy vuelvo a llenar de letras este medio, para sacar de mi corazón el odio y el amor que me aprisionan, para tender puentes que comuniquen nuestros pensamientos y extender lazos que unan nuestros saberes.
LOS COLORES DEL RIO Y DE LA POLÍTICA
Mié, 09/11/2011 - 08:43
Fueron casi dos meses que no escribí en este blog porque no quería utilizar este espacio para hacer proselitismo a favor de mi candidato o en contra de los otros; considero que los medios de comunic