Siempre me topo con estos tipos. Se regodean de su superioridad intelectual al plantear posturas que para el ciudadano promedio son de una persona educada. Creen que la ‘profundidad’ consiste en hablar todo el día de brechas sociales, políticas, y de la poca cultura del colombiano de a pie, o de la cultura, en general. Son de esos que, al hablar de un tema como la moda, solo fruncen el ceño y dicen que es un tema tan estúpido que no merece ni siquiera que se hable de él. Porque simplemente es cosa de gente rica, frívola, tonta y desocupada en un país con miles de problemas.
Y tienen razón. En lo de los problemas del país. De resto, cómo me gustaría decirles, a cada uno, "Si crees que la moda no tiene nada que ver contigo, quién te compra la ropa, ¿tu madre?". Sobre todo cuando hablan de cuán ‘guisa’ puede ser una artista, de cuán ‘cool’ puede ser una figura internacional, de por qué los hinchas de su equipo de fútbol son de tal o cual manera, o el por qué esos árabes que 'son todos iguales' nunca van a dejar que las mujeres sean como ‘las mamacitas de aquí’. Quisiera decirles eso de frente, porque realmente no se han dado cuenta de que la moda permea todo lo que han dicho, y de manera tácita.
La moda es un lenguaje no verbal que está ahí, aunque no se note. Un lenguaje político, religioso y social que viene desde el inicio de la humanidad . Un lenguaje que incide en el momento en que usted escoge una camiseta cualquiera incluso para verse como “nadie”. Un lenguaje que se hace evidente a la hora de verse ‘leer’ a otro transeúnte, tal y como decía Walter Benjamin en su ‘Libro de los pasajes’. Uno que hace que esa mujer que mira sea atractiva o no para sus estándares. Su gusto, su contexto, también está influenciado por la moda, que va más allá de ser un compendio de desfiles para dandies modernos, niñas lindas y celebridades egocéntricas. Detrás de todo eso hay una industria en la que quiéralo o no, usted contribuye. Una industria que tiene arduo trabajo creativo, ideas.
Ideas que también se han creado para cambiar la imagen de un país que, lastimosamente, ve la moda como una estupidez hecha para mujeres cuyo imprescindible requisito es ser lindas para agradar a hombres básicos y carentes de otras imágenes de belleza. La moda, sí, es también una industria cultural con prácticas no el todo éticas (no pueden achacársele todas), pero su consumo, su asimilación hace que ocurran cosas interesantes en la sociedad, como ha hecho desde siempre.
Podría hablar de cuando seguramente sus antepasados no se peleaban por una camiseta de equipo, sino por llevar levita ante una ruana, como en la guerra civil de 1854. O como mucho antes, en Francia, con sus guerras de religión o con su revolución, donde la indumentaria identificaba la filiación política. También podría explicarle cómo surgió la masa y con ella la cultura popular que hace que usted vea cómo una sudadera de amarilla de rayas negras que usó una estrella asiática se convirtió en un ícono y referente moderno al verla puesta en una musa de Tarantino.
La moda es muchas cosas, menos estúpida. Es efímera pero está latente. Incluso en el criterio de escogencia de su madre, la que le compra la ropa. Y vaya frase. Frase que no es mía, sino de Valerie Steele, la intelectual de moda más importante del mundo. A la que también le dijeron alguna vez que la moda era tan vacía que no había mérito en estudiarla.
¿Por qué la gente en Colombia cree que la moda es estúpida?
Jue, 29/08/2013 - 01:15
Siempre me topo con estos tipos. Se regodean de su superioridad intelectual al plantear posturas que para el ciudadano promedio son de una persona educada. Creen que la ‘profundidad’ consiste en h