Los sicólogos aconsejan para superar una “tusa” (término muy antioqueño para referirse a la terminación de una relación) tomarse el tiempo con calma, “liberar endorfinas” y reírse de sí mismo. Y parece que esto y más está haciendo Daniela Ospina, quien acaba de separarse (se confirmó hoy) del jugador colombiano James Rodríguez.
Para que el proceso avance mejor, recibió en Medellín –en Colombia Moda- un sonoro regalo: cientos de personas la aplaudieron con cariño en uno de los desfiles que ya tenía programado y mantuvo.
Mientras muchos esperaban que el vendaval desatado por la noticia de su separación la hiciera desistir de participar en la pasarela de este jueves, Daniela no sólo desfiló sino que –en opinión de los entendidos- lo hizo de manera espectacular, despampanante, alegre, retadora. Y suscitó alborozados comentarios y bulla favorable.
Si el camino de James es meter goles con su nuevo equipo, el Bayern, para Daniela Ospina –hermana del arquero David Ospina- lo que viene es la consagración en el mundo del modelaje. Y ya se sabe de sus condiciones y éxitos anteriores, aunque limitados por su consagración al matrimonio y a su pequeña hija.
Que vengan más aplausos para ella. Y también para él si logra demostrar que su juego y momento son superiores a la miope percepción de un entrenador que lo miraba con desprecio deportivo.
Y sin saberse quién llora más la separación, hay que decir que hoy fue el día de Daniela, aplaudida a rabiar en el desfile de Medellín.
