
Gustavo Rojas Pinilla ha sido uno de los dos dictadores que ha tenido Colombia. Llegó al poder en un junio de 1953 y los abandonó cuatro más tarde. Justo un periodo presidencial. Se le acusó de demagogia, populismo, de persecución y asesinato. Pero también se acercó a las guerrillas, hizo obras como el Aeropuerto El Dorado, y varias carreteras. Un hombre sumamente creyente y conservador en su vida cotidiana Esta es parte de la carta con la que abandono su dictadura presidencial.
Colombianos
"Es a vosotros a los de firme carácter y lealtad sincera, a quienes van dirigidas estas letras desde el exilio a que yo mismo he querido someterme, o lo que es igual, a la morada que Dios me ha reparado, sino como pago a las buenas obras que ejecuté durante mi Gobierno, sí como premio a las rígidas disciplinas a que sometí mi espíritu…”
“Sé muy bien, pero por anticipado los perdono, que muchos de los que se desvelan por ser los primeros en darme los buenos días, o por sacudirme la guerrera, o por dármele brillo a las botas, ya vociferan y los índices de sus manos derechas encorvándose están de tanto acusarme por la espalda. ¡Más yo os perdono vampiros infernales, yo no soy juez para pediros cuentas, vuestras conciencias depravadas y groseras os ahogarán en el ignominioso fango de la desesperación y la muerte!”
“Mañana amanecerá y el sol cubrirá de resplandores una nueva etapa de vida ciudadana, y entonces el pueblo, mi pueblo al que amo por encima de todas las cosas terrenas, dejará su cegués retornará la luz a sus ojos para que sin pasiones y halagos vea y palpe mi obra, obra que siempre estuvo inspirada en los más claros ideales de Patria
“Veréis entonces cuanto os dejé en vuestro provecho y para engrandecimiento del suelo colombiano, veréis carreteras, que en decenas de años de otros gobiernos no existieron; veréis escuelas en donde aprendieron a dar sus primeros pasos de patriotas centenares de niños campesinos, niños para quienes se abrió un futuro ancho de alegrías y esperanzas, como dulce en sueños de grandeza varonil!”.
“Ya sé que la ignominiosa calumnia traspasó los linderos que solamente la caridad tierna y bondadosa había pisado con el único afán de llevar pan, abrigo y la blanca hostia de la esperanza de ver algún día resucitar a los muertos; porque en esa ciudad del dolor que se llama Agua de Dios y que es un purgatorio en vida, es la muerte en un perenne grito de rebelión; es la carne postrada en agonía esperando su liberación…”.
“Pueblo, quiero que sepáis que mi dignidad de hombre y gobernante este impoluta, sin que por esto desconozca que hay podido cometer muchos errores; pero lo que sí rechazo enfáticamente, es que aquellos hayan sido cometidos deliberadamente, y mucho menos que hubiesen estado vestidos con el traje de etiqueta del apátrida vulgar”.
“Desde la tierra de la Madre Patria, os vuelvo a decir, que seguramente en mi gobierno se cometieron errores, pero no tan funestos como para decir, que a los grandes errores lo siguen las grandes rectificaciones”.
Por Paz, Justicia y Libertad,
Teniente General Gustavo Rojas Pinilla
Presidente de Colombia
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