Joan Crawford fue otra de esas actrices que llevó a Hollywood al lugar en el que se encuentra actualmente, una de esas estrellas de la época dorada del cine americano. Su vida es un enigma lleno de tantas aventuras y desventuras como papeles interpretó durante su carrera.
Se inició en el teatro luego de que su madre se casara con el empresario de teatro Henry Cassin. Esa tal vez fue una inspiración para su inicio en el teatro y el baile, sin embargo sus estudios en esta materia tuvo que costearlos con diversos trabajos.
Se dice que su madre la maltrataba, su padre la abandonó y por eso salió prontamente a buscar suerte de forma independiente. Inició su carrera artística como corista, pero los rumores de la nueva actriz empezaron a surgir, afirmando, que Crawford había actuado en películas pornográficas antes de llegar allí.
Fue a través de su papel en el coro que uno de los impulsadores de la compañía cinematográfica Metro Goldwyn Mayer la llevó a Hollywood. Hasta entrar a esa compañía, la actriz se llamaba Lucille Fay Le Sueur, pero tras un concurso interno, se decidió que sería llamada Joan Crawford.
Obtuvo la fama con la película Un amor a la venta (1931), un papel creado a las capacidades de la actriz y que la acercó rápidamente a la fama. Era casi su vida, una mujer trabajadora y pobre que lograba cumplir el idílico 'sueño americano'.
Su vida en el cine estuvo llena de polémicas y de la construcción de una cara íntima que rompía las tradiciones. Como fue los múltiples amores entre ellos el del director Clark Gable, y la joven estrella Jackie Cooper. Aunque no se ha confirmado se dice que fue una mujer de insatisfacción y gran voracidad sexual.
Vincent Sherman, director de The Damned Don't Cry (1950), quien contó que durante un rodaje con la actriz, ella le tomó la mano, la llevó a sus senos, se levantó la falda y se dispuso para tener sexo en un cuarto de la grabación. No es confirmado y Crawford nunca contó el suceso.
Después de esa producción llegaron otras producciones, hasta que finalmente llegó su mayor interpretación bajo el mando de la Warner Bros. Cunado protagonizó la película el Alma en un suplicio (1945) que le mereció el Oscar a mejor actriz.
Deseaba tanto el galardón que se enfermó días antes de la gala y no pudo asistir. Pero cuando le notificaron que había sido la ganadora, se maquilló, se vistió, se metió en las cobijas y esperó a que la prensa y compañeros le llevaran la estatuilla. Poco tiempo después recuperó su salud.
Finalmente, otro de sus papeles más recordados fue el hecho junto a Bette Davis en la película ¿Qué fue de Baby Jane? (1962). Aunque Crawford y Davis se odiaban a muerte, la primera le propuso a la segunda interpretar el papel juntas. La película fue un éxito rotundo, e indudable por tener en escena a las dos mejores actrices de la temporada.
Fue una madre soltera de tres niños adoptados, entre los que se encuentra la autora de su biografía Christina Crawford, Quridísima mamá. Ella contó que la actriz tenía inumerables problemas psicológicos, como la ansiedad, era una madre maltratadora. De hecho, al final de su vida, abandonó a sus hijos negándoles la herencia.
Falleció el 10 de mayo de 1977, sola y tras vivir sus últimos años encerrada y sola en su apartamento. No se confirmó si sería un suicidio, pero días antes había regalado al perro que la había acompañado gran parte de su vida.
Las aventuras y desventuras de Joan Crawford
Jue, 10/05/2018 - 12:56
Joan Crawford fue otra de esas actrices que llevó a Hollywood al lugar en el que se encuentra actualmente, una de esas estrellas de la época dorada del cine americano. Su vida es un enigma lleno de