Madame C. J. Walker fue la segunda hija de su familia que nacía en la libertad de los afroamericanos en Estados Unidos, el 23 de diciembre de 1867. Eso le permitió, al final de su vida, convertirse en la primera mujer millonaria de Norte América.
Madame Walker nació en la plantación de algodón en la que trabajaban sus padres al sur de Louisiana. Allí estuvo hasta que quedó huérfana a corta edad y decidió trasladarse a la casa de su hermana para quedar al cuidado de ella, pero su cuñado la maltrató hasta que tomó la decisión de separarse de ellos.
Se dirigió a la casa de sus hermanos mayores que eran barberos y ayudaba con el aseo de la peluquería y otros trabajos, como lavar platos y hacer aseos en casas, pero a pesar de sus extenuantes jornadas laborales, no lograba obtener más de un dolar y medio diario.
A los 14 años se casó con Moses McWilliams, a los tres años nació su primera hija Leila. Pero cuando la pequeña tuvo 4 años, el esposo murió y Madame Walker tuvo que enfrentarse de nuevo sola a un mundo lleno de pobreza y racismo.
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Esas fueron las condiciones, como a la mayoría de la población afro que hasta ahora estaba estrenando la Proclamación de Emancipación, los llevaban a vivir en malas condiciones tales como no tener servicio de agua en sus hogares. Madame Walker, en medio de sus trabajos, el estrés y por no poder adquirir los implementos de aseo sufrió caída crónica del cabello.
Tiempo después, consiguió un puesto como cocinera en un laboratorio químico desde el que empezó a aprender algunos conocimientos básicos de química. Con esos conocimientos empezó a perfeccionar una pomada que usaba contra la caída del cabello.
Después de entrar a la compañía Annie Turnbo Malone que se dedicaba a la producción de productos para el cabello. Con esos conocimientos logró terminar un líquido que, al aplicarlo por varios días en su cabello, le permitió volver a crecer el cabello.
Empezó producirlo en cantidad en tarros que llevaban la etiqueta Madam Walker’s Wonderful Hair Grower, empezó a vender su shampoo puerta a puerta a todas las mujeres negras de su condado. El producto se volvió popular entre las mujeres y poco tiempo después recaudó lo suficiente para instalar una oficina en Pittsburgh.
Para 1919, Madame Walker ya tenía 25.000 agentes de venta distribuyendo sus productos, recaudó más 150.000 dólares lo que la convirtió en la primera mujer millonaria de Estados Unidos.
