Empieza el año nuevo, luego de unos días de descanso, desconexión, fiesta y familia, regresamos a la realidad, a las actividades habituales; el trabajo, el estudio, los negocios, con ellos llega también el guayabo, los problemas, las deudas y el trasegar del día a día.
El año pasado fue un año de cambios, todos ellos todavía en movimiento, con la incertidumbre propia de nuestra realidad, todas esas sensaciones de preocupación y angustia del 2022 se mantienen todavía hoy, ¿Qué pasará con nuestra economía, las inversiones y los empleos? ¿Qué harán con nuestro sistema de salud y sistema pensional? ¿Cuáles serán los términos para negociar la “paz total” y hasta donde estarán dispuestos a entregar nuestra institucionalidad? Hay muchas preguntas más, aún sin respuestas certeras, que a mas de uno, nos quita el sueño en las noches.
Todo lo anteriormente expuesto, parece agravar más la incertidumbre, además, por el hecho de que será un año electoral, elegiremos a todos los mandatarios locales, Asambleas, Concejos y Juntas Administradoras Locales y, por lo que hemos visto hasta ahora, tristemente nos espera un sin número de debates insulsos, vagos, superficiales, llenos de agravios y carentes de propuestas y verdaderas soluciones para la ciudadanía.
Este tampoco será un año fácil...
Sin embargo, no conozco un solo año en el pasado que haya sido fácil para Colombia y para los colombianos, con altos y bajos, con años mas amables que otros, siempre hemos tenido que afrontar amenazas y dificultades.
Luego de la recarga de fin de año, es hora de sacudirnos, con nueva energía es hora de ponernos manos a la obra, tener miedo esta bien, este motiva, empuja, reta a buscar soluciones, este año que pasó nos quejamos mucho e hicimos poco, entramos en una especie de letargo colectivo, más parecido a la parálisis del pánico que al impulso del miedo.
En este 2023, alcemos nuestra voz, protejamos nuestra democracia, presionemos cívicamente a nuestros mandatarios y congresistas para que nos representen mejor, exijamos los cambios que sean necesarios para mejorar la equidad y calidad de vida de todos los colombianos, pero sin que ello implique destruir lo que tenemos, nuestro sistema económico de libre mercado, nuestro sistema solidario en salud, nuestra libertad y nuestro Estado de Derecho.
Participemos en las elecciones locales para elegir buenos candidatos, que, alejados de la demagogia y el populismo, con honestidad y transparencia gobiernen positivamente para todos y no con pequeñas vendettas y rebatiñas políticas.
Entre todos podemos bajarle a la confrontación, podemos tramitar nuestras diferencias de forma más positiva, con debates de altura, con argumentos con cívica, dejemos el odio, los insultos y agravios atrás, todos somos colombianos, este es nuestro país, al final, la mayoría queremos lo mismo, un mejor país, con mejores oportunidades, donde podamos crecer, tener nuestra familia y cumplir nuestros sueños.
Creado Por
Santiago Valenia