Como me agradaría que las brisas frescas del nordeste que engalanan las mañanas vallenatas cuando se va despidiendo la aurora, nos permita nuevamente escuchar aunque sea distante, las melodías de las parrandas que siempre se han escuchado en esta querida tierra de trabajo y acordeones. Esos pletóricos instantes exaltan nuestros estados anímicos y nos integra con sus letras bien construidas, con aquellos recuerdos que alguna vez representaron instantes valiosos para nuestra existencia o con diferentes obras musicales que motivan amores o incentivan el olvido de algunas relaciones que incesantemente revolotean en la mente
En esta tierra donde el ambiente agradable impregna el diario vivir con la fuerza de la poesía y los sentimientos, los hechos cotidianos permiten al sensible corazón del compositor, expresar en versos, los bellos poemas que motivan y nos llevan a contagiarnos con la magia que interviene en la construcción de esas vivencias en momentos de ebullición interior. En todo ese ambiente que nos involucramos intempestivamente, nos lleva a caer en cuenta, que ese deleite que nos emociona, también nos transporta imaginariamente hacia lugares, personajes y momentos que vivió el compositor cuando le llegó la inspiración
Imposible olvidar esas parrandas frecuentadas por grupos de amigos que uno a uno se integran buscando regocijarse espiritualmente motivados por el deseo de escuchar un acordeón, la historia de algunas canciones o compartir la afinidad musical que nos une con un investigador y escritor vallenato
Entre los conocedores se le considera el rey de las parrandas, nadie explica mejor los pormenores de cada una de las historias de las canciones en el intermedio de las agradables tertulias. Desde tiempo atrás se ha dedicado de lleno a investigar y a escribir sobre nuestro folclor, su carácter dulce y alegre le ha permitido llegar y conocer los vericuetos de la música del Caribe con el fin lograr la sapiencia suficiente para contar a través de sus escritos, programas de TV o radiales con precisión, todo el entorno que ha acompañado el nacimiento de las canciones de cualquier género musical.
Al recibir de sus profundos conocimientos la autoridad para difundirlos, en las reuniones parranderas se pone de pies y camina hacia el centro de sus contertulios. Enseguida inicia la presentación sin aspavientos ni ceremonial alguno, propio de un hombre sencillo cuya presencia bonachona y dicharachera, logra cautivar la atención de toda la concurrencia. Sin pretender aparentar ser un gran expositor, aunque es catalogado por todos como el mejor, mueve la mano derecha hacia atrás insinuando que se inicia una presentación exquisita por su contenido.
Su bagaje intelectual y la vasta información anecdótica que ha atesorado de la canción que de inmediato interpretará el conjunto presente le facilita el control total de la exquisita reunión Después de algunos segundos de silencio, carraspea varias veces para definir su territorio, luego se acomoda el cuello de su camisa levemente arrugada por sus continuos abrazos recibidos de saludos y reconocimientos. Posteriormente con gestos histriónicos propios de esos instantes emocionales que acompaña con una mirada dominante, se ajusta el cinturón y con un leve guiño natural levanta su barbilla para solicitarle al acordeonero que inicie con la melodía de la canción acordada o solicitada a último momento, por cualquiera de los presentes. Con movimientos circulares de sus puños, cuyas venas saltadas sobresalen por los ejercicios que a diario realiza para mantenerse en forma, inicia su impecable presentación
Todos al unísono se concentran con los acordes de la unidad armónica, todos ansiosos desean conocer quién es el compositor y todo lo relacionado con la obra musical. Él, un maestro en la paciencia y en muchas cosas interesantes de la vida que a veces no sabemos apreciar, le queda fácil reconstruir esas historias porque las ha vivido o las ha conocido de fuentes confiables.
Gracias a sus investigaciones ha logrado las recopilaciónes que da a conocer por diferentes canales sin egoísmo alguno, todo ese entorno alimenta sus sueños y le han dado forma a las acciones altruista de un agrónomo que se apartó de sus actividades agrícolas para dedicarse a engrandecer el espíritu de los amantes de la música e incrementar considerablemente el acervo cultural de la región Caribe
Añoro sentir que está tarareando y cuadrando los versos de una nueva canción. Por su obra música "Mi profecía" lo reconocen en todas partes, pero pocos saben que muchas de sus canciones aparecen a nombre de otras personas. Emma González, una ilustre dama Cienguera aún se pregunta, porque nunca regresó a su casa donde siempre le daba serenatas con los Hermanos Zuleta y porque aquellos hermosos versos que Él le compuso y le cantó en su ventana el día de su cumpleaños, aparece como compositor, Poncho Zuleta.
Así es Él, prefiere la amistad que continuamente duplican sus alegrías ante una controversia y enriquecer su vida con la grandeza de sus actuaciones
Cuando volverá a parrandear en Cereté (Córdoba) en la Hacienda El corozo, de su entrañable amigo Jorge Negrete Abdala, con Emilio Negrete, Emiro Barguill y su inolvidable compañero Julio Manzur.
De pronto ya habrá olvidado los camino que transitaba en su Nissan Patrol, cuando vendía insumos para los diferentes proyectos agropecuarios, acompañado con un acordeón que utilizaba como herramienta para seducir clientes y conquistar los corazones de las hermosas cordobesas que encontraba en sus giras comerciales
Añoro volver a parrandear con mi hermano en Mayagüez, para vivir la inspiración que le genera el contacto con la naturaleza. Los colibríes con su plumaje verde metálico, sinónimo de alegría y belleza, volarán en fila en todas las direcciones frente a las flores de los frondosos
algarrobillos para mostrar la emoción que sienten, con la llegada de un hombre grande
Hermano Julio Oñate ! ¿Cuándo volveremos a parrandear?
