Durante nuestro desarrollo nos encontramos con infinidad de personas. Con algunas de ellas creamos relaciones importantes, con otras pasarán por nuestra vida de manera fugaz y tendremos un recuerdo de ellas y de otras ni siquiera nos acordaremos con el paso de los años. Mediante estos encuentros iremos estableciendo los llamados círculos de confianza.
Es decir una pequeña comunidad que comparte un interés, una pasión, y en la que se han desarrollado espacios estructurados, cierto nivel de organización y una dinámica preestablecida, que sin duda tienen impacto positivo en la vida de cada uno de sus miembros. Estos espacios tienen la capacidad de impactar la vida personal y profesional, así como transformar a las personas, familias, equipos, empresas y comunidades.
Los círculos de confianza son una manera de representar las relaciones que establecemos, ubicando a las personas que conocemos en unos círculos concéntricos que difieren entre sí por el grado de confianza, intimidad, atención y cuidado que ponemos en cada uno de ellos. Estos círculos expresan, el tipo de relación que establecemos y cuán cerca las percibimos y a partir de ahí se crean distintos espacios, y en cada uno incluyen a los conocidos, de acuerdo a su cercanía, pudiendo catalogarse de la siguiente manera:
En el círculo de intimidad están personas del entorno con las que tenemos una relación íntima. Aquellos en los que confíanos plenamente. En el círculo de confianza media están personas con quienes tenemos una relación estrecha, sin ser íntima. Podemos divertimos y tratamos temas delicados que nos preocupan. El círculo de poca confianza son personas con las que nos relacionamos de manera habitual. El círculo de muy poca confianza está formado por conocidos y en el círculo de desconfianza son personas con quienes nos cruzamos, pero generan desconfianza.
Añadir al círculo a personas en las que confiar, es extremadamente beneficioso para la salud mental y física. Con las nuevas incorporaciones a los círculos de confianza acabamos por derribar un muro psicológico y al mismo tiempo se acortan distancias. Confiar en gente cercana supone una fuente de seguridad, interna y externa.
Debemos ser conscientes, que permitir que personas no fiables formen parte del círculo íntimo nos hará vulnerables. No es desconfiar de cualquier persona, se debe ser capaz de elegir a las personas para compartir la vida, es decir, aquellas personas que sacan el lado más positivo de cada uno, por lo que se deben ubicar en el espacio de confianza. Así somos capaces de aportar al entorno, al participar en un entorno de relacionamiento con objetivos e intereses comunes y variados para espacios de networking, practicar un deporte, gestionar proyectos o fortalecer relaciones comerciales.
Parker J. Palmer define los Círculos de Confianza como “espacios y procesos de esclarecimiento, reflexión, recapacitación y exploración compartida, mediante experiencias y eventos que permiten a sus miembros nutrirse de manera integral y estar preparados para afrontar los retos de la vida”.
La disciplina y compromiso, así como el respeto mutuo y el cumplimiento de reglas establecidas, son las bases fundamentales en la creación y sostenibilidad de estos círculos de confianza. El respeto a la confidencialidad, hace que exista una percepción de relativa igualdad entre los miembros del grupo. Esto contribuirá con un intercambio saludable y maduro que permita construir lazos de confianza y fortalecer los sentimientos de pertenencia, además porque son fuente de seguridad y confianza. Contar con redes de contactos sólidas, permitirá afrontar mejor las adversidades.
“Cada día la vida ofrece suficientes desafíos para convertirnos en personas de más integridad. Si estamos dispuestos a aceptar la invitación que cada reto nos presenta, nos daremos cuenta que este proceso de aceptación no puede realizarse por uno mismo por lo menos no de manera sostenible, o a largo plazo. Necesitamos de relaciones dignas de confianza, las cuáles nos apoyen con tenacidad y sustenten en la trayectoria hacia una vida integral. El tomar un viaje interior hacia el encuentro de nuestra alma con nuestro rol en la vida requiere una comunidad verdadera, A este tipo de comunidad, la cual en la realidad es poco frecuente, le llamo un “ Circulo de Confianza”, dice Parker J. Palmer, autor de libros, enfocado en temas de educación, comunidad, liderazgo y espiritualidad.
En los Círculos de Confianza se crea un lugar especial en el trabajo, dentro de un espacio seguro e incondicional de una comunidad. En conjunto se aprende a animarse, y desafiarse, sin hacer juicios, sin ser demandantes ni autoritarios. Estos círculos no son contextos dentro de los cuales es requisito compartir en voz alta, más bien, se caracterizan por el manejo de tiempo y espacio dentro del cual las personas aprenden y definen su camino, de acuerdo a su necesidad.
El modelo del Círculos de Confianza es inspirado por un modelo de cambio social. Todo movimiento social, que ha hecho del mundo un lugar justo y habitable, se ha basado en el respeto a la identidad e integridad de cada persona, como fuente de fortalecimiento personal y social. Estos círculos son un poderoso y positivo proceso hacia el cambio sociocultural, por eso las relaciones de confianza son la base de un liderazgo efectivo, de relaciones sólidas y duraderas y procesos de aprendizaje.
El historiador japonés Yuval Noah Harari escribio en su libro “Sapiens” que “la colaboración humana a gran escala se ha logrado siempre que se ha instalado comunitariamente una narrativa que logre un nivel de identificación extendida, entre los individuos para que todos, o la mayoría, crean en ella y pone como ejemplos el cristianismo, la democracia y los derechos humanos, entre otros”.
Y es aquí donde cobra gran importancia fortalecer los círculos de confianza e inclusive, acercarse a aquellos a los que no se pertenece, siempre que cumplan con los principios, disciplina y valores de cada persona, esto debido a la incertidumbre generada por la pandemia, por las perdidas de vida, de trabajado, de estudio, el cierre de empresas y ahora, que se acercan elecciones, donde lo visto hasta ahora, se han presentado más agresiones entre unos y otros, más que propuestas viables y confiables con su respectiva sustentación.
Si queremos crecer como personas, familia, empresa y país, es imperativo generar confianza en la sociedad e ir uniendo, paulatinamente, los diferentes círculos de confianza, con propuestas innovadoras, incluyentes, seguras, entusiastas y visionarias, enfocadas en el bienestar general y el crecimiento educativo, cultural, empresarial, político y económico del país, que acompañadas de una narrativa vinculada al propósito del país, los ciudadanos participarían más activa y colaborativamente, si creen en la finalidad de las propuestas y proyecciones, que además deben trascender y tener un impacto positivo y sostenible en la comunidad.
