Somos una sucesión de errores históricos. Y ya es sabido que los que desconocen su historia, irremediablemente la repiten. Y eso se traduce en estancamiento, subdesarrollo y pobreza. Frustración perpetua.
Los ciudadanos tienen todo el derecho a tener la certeza del futuro que le espera a su país. Asistimos siempre a un sinnúmero de proyectos cortoplacistas. Pañitos de agua tibia que calman la fiebre de forma temporal, pero la enfermedad real permanece y se agrava.
La gente se desespera. Y ante la actual crisis, hay una población que se aterra aún más con su mañana: Los jóvenes ven hipotecado su futuro. Están a punto de perder la última esperanza.
En su momento, depositamos confianza extrema en la nueva Constitución del 91, que implicaba un reordenamiento y dirección correcta del sendero que debíamos transitar como nación. Se consideró la varita mágica para poner fin a 200 años de déficit social. Ha sido lo contrario, estamos empeorando.
La confrontación armada no cesa, el narcotráfico no tiene los mediáticos protagonistas de los 80, pero su alcance es imparable, la corrupción tampoco da tregua. La cultura de lo ilícito es la cotidianidad.
Aquí todo lo que se piensa a largo plazo, tiene fecha de vencimiento 24 horas después. Cada cierto tiempo se convocan mediáticas Comisiones de Sabios, éstos aportan una especie de caja de herramientas para el futuro, pero de forma inexplicable se engavetan. Y ahí termina la ilusión.
Las desigualdades son interminables. El destino de nuestro se advierte débil, inconcluso y por supuesto, incierto. Merecemos un rumbo cierto y no afrontar en cada generación, derrotas sociales.
Con la bomba social que explotó hace poco más de un mes, se desnudaron todos nuestros males. Carencias en todos los frentes. Es urgente saber para dónde vamos como país, si no hay unidad de nación, si persiste el egoísmo, tal vez llegó la hora de repensar a fondo, la posibilidad de una Colombia Federal, antes que la actual, se destruya así misma.
La pregunta incómoda
¿Creen ustedes que sí tenemos proyecto de país?