Compartir mejores prácticas

El éxito de una empresa no viene determinado por el capital o los recursos disponibles, aunque, resultan imprescindibles en cualquier sector, sino por la adopción de mejores prácticas empresariales y su capacidad de adaptación del negocio son fundamentales para alcanzar los objetivos previamente establecidos.

Las buenas prácticas empresariales hacen referencia a cualquier acción que produce, en un determinado periodo de tiempo, una mejora en un producto, servicio o situación. Muy ligado al concepto de Responsabilidad Social Empresarial, es crucial, para que directivos se comprometan con el entorno que los rodea, como los proveedores, trabajadores, la comunidad local en la que se desarrolla el trabajo y el medio ambiente, entre otros

Benchmarking en español significa, “punto de referencia”, y describe esta estrategia, al tomar como punto de referencia a los mejores competidores y adoptar sus estrategias y procesos para mejorar determinadas áreas de una empresa. Al ejecutarla de manera eficiente y efectivamente, se identificaran oportunidades de negocio, descubrir nuevas tecnologías, conocer tendencias, estrategias empresariales y comparar el nivel de calidad de los productos (su aceptación, rentabilidad así como su responsabilidad con el medio ambiente) y la productividad de los trabajadores con respecto a los competidores.

El benchmarkingse trata de aprender de aquellos que obtienen resultados positivos con un determinado modelo, para aplicarlo al negocio propio, que además permite un cambio de paradigma e introduce a la empresa en la cultura del cambio y del aprendizaje continuo, al entender dónde se ubica en relación con la competencia y con el mercado, siendo  un método ágil y económico para mejorar la gestión.

En la actualidad, existen tres tipos de benchmarking: El Benchmarking Interno, que es una comparación entre áreas de una misma empresa con el fin de identificar o aprovechar los avances de una de estas, para aplicarlos en las demás. Otro es el Benchmarking Competitivo, que comparara los productos, servicios y procesos de los mejores competidores, para identificar las ventajas competitivas. La información obtenida en este proceso, sirve para analizar quienes son los proveedores y consumidores de estos productos y servicios.

Y el tercer tipo es el Benchmarking Funcional (Genérico), que compara productos, servicios y procesos de diversas empresas, pero no necesariamente de la misma categoría. El benchmarking genérico se enfoca en funciones o procesos comunes de muchas empresas, al hacer una comparación entre un negocio y la competencia (directa como indirecta), así como con comercios líderes en otras industrias o mercados con la intención de identificar y analizar estrategias ganadoras y aplicarlas en la propia empresa.


El Benchmark fue popularizado en EEUU por Michael Spendolini, presidente de la consultora de gestión MJS Associates y autor de artículos acerca de mejores prácticas de medición de clientes y sistemas de gestión. Señaló que no hay que “inventar la rueda” para mejorar, sino simplemente “acoger” las mejores prácticas de otras similares,  disminuyendo el riesgo de fallar además de contar con una guía a seguir, para implementarla correctamente en la propia empresa.

En otras palabras, el benchmarking es el proceso sistemático y constante de evaluación y comparación de productos, servicios y procesos aplicado por una o más empresas consideradas líderes en su industria. El objetivo es comparar con la mejor, a fin de elevar los estándares de desempeño, aumentar el valor de la empresa, empoderar a los trabajadores, accionistas y canales de distribución, entre otros.

Las mejores prácticas son aplicables a todas las áreas del negocio y para ejecutarlas efectivamente, se requiere disciplina, enfoque y tiempo, por esto se convierte en una herramienta fundamental que permite identificar y aplicar los mejores procesos para obtener mejores modelos de calidad y de mayor productividad, basándose en las experiencias aplicadas por empresas lideres del mercado y ser más competitivos dentro de un mercado cada vez más complejo, incierto y vulnerable.

El origen del benchmarking podría adjudicarse a Gregory Watson, ex vicepresidente de calidad de Xerox Corp. quien describió la evolución del benchmarking en cinco fases: ingeniería inversa, evaluación comparativa competitiva, evaluación comparativa de procesos, evaluación comparativa estratégica y evaluación comparativa global. La ingeniería inversa se daba cuando las empresas deshacían productos, los examinaban y mejoraban antes de volver a armarlos.

Xerox Corp. se embarcó en la creación de la evaluación comparativa competitiva, ya que fue el principal fabricante de fotocopiadoras en los años 80, solo que se encontró en un momento dado, en una posición desafortunada cuando sus competidores japoneses fabricaron fotocopiadoras de mejor calidad y a menor costo. Por esto emprendió una búsqueda para determinar cómo sus competidores lograban esas eficiencias operativas y de calidad, creando así una evaluación comparativa competitiva, de las mejores practicas ejecutadas por otras empresas.

Luego Xerox, pasó de la evaluación comparativa competitiva a la evaluación comparativa de procesos. Cuando la evaluación comparativa competitiva se centró en la competencia directa, la evaluación comparativa de procesos dio un paso más y animó a otras empresas a mirar más allá de su propio segmento e investigar las mejores prácticas en otras industrias, a la suya.

De ahí surgieron las fases de evaluación comparativa estratégica y la global, al analizar la forma en que hacen los negocios otras empresas por un lado y por otro en la fase de evaluación comparativa global, se examinan los estándares a escala global, como el comercio internacional, los procesos, la cultura empresarial y la manera de hacer negocios en otros países.

Es importante comprender y evaluar la posición actual de una empresa en relación con las mejores prácticas e identificar las áreas de mejora. La evaluación comparativa implica mirar hacia afuera para examinar cómo otros logran altos niveles de desempeño y comprender sus procesos, sus productos, su modelo de negocio y su propuesta de valor, con el objetivo de identificar y entender los puntos positivos y como adaptarlo a la empresa.

Una vez adquiridos los datos, deben analizarse y caracterizarlos, aprovechando las herramientas tecnológicas, que hoy en día son accesibles a todas las empresas, con el fin de conocer las fortalezas de sus competidores y evaluarlas en comparación con su propio desempeño y a partir de ahí, desarrollar planes de acción agiles, eficientes y útiles a corto plazo.

Por ejemplo, una pequeña fabrica puede analizar cómo un competidor utiliza herramientas de automatización de procesos robóticos (RPA) para varias de sus funciones y entender como estos robots ayuda a otras empresas a ahorrar una cantidad importante de recursos y así definir como se pueden apropiar y usar, estas soluciones tecnológicas y al mismo tiempo, aprovechar el conocimiento y las competencias de los trabajadores, en otras áreas claves de la empresa, de manera eficaz y eficiente.

Ejecutar una estrategia de mejores practicas permite a las empresas alcanzar mayor calidad en sus productos, servicios y procesos, a partir de la cooperación, diversidad, inclusión y el intercambio de información. Su objetivo es ajustar e identificar oportunidades, para solucionar y tomar decisiones según los modelos de liderazgo de la empresa, logrando aumento en ventas, ingresos, rentabilidad, reconocimiento y en la generación de empleo.

Y es la información que proporciona, un directivo a otro, la que sirve para ampliar las expectativas y la confianza de los clientes, trabajadores, de la comunidad y de los grupos de interés, solo que para llegar hasta ese punto, las empresas competitivas, deben estar continuamente cambiando, diversificando y adaptándose a la constante evolución del mercado.

Hoy en día, se obtienen grandes beneficios del Benchmarking, tomando como referente grandes corporaciones, medianas inclusive pequeñas empresas, cuyos procesos administrativos, operativos, logísticos, comerciales y financieros, son dignos de replicar, solo que en ocasiones algunos directivos desaprovechan ese valor agregado que se encuentra en la información y que otros empresarios estarían dispuestos a compartir, con el objetivo de ser más competitivos y así aportar al crecimiento industrial y comercial del país dentro y fuera de las fronteras.

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