Como si no fuera poco el olvido y abandono en los territorios indígenas del país en zonas apartadas de nuestro territorio, las comunidades se ven hoy enfrentadas a su extinción por cuenta de la falta de ayudas.
Y es que muchas de nuestras comunidades ancestrales viven en zonas no interconectadas es decir en (ZNI), que no cuenta con la infraestructura eléctrica o interconexión, y en medio de la llamada revolución digital del siglo XXI, carecen de elementos básicos para enfrentar la colonización salvaje que implica esta llamada época moderna y por su puesto el COVID-19, que como los españoles llego de tierras foráneas vías marítima y ahora aérea para poner en riesgo toda su existencia.
En Medellín, Cali o Bogotá vemos con preocupación las adecuaciones hospitalarias a instalaciones que tiempo atrás servían para realizar conciertos o encuentros internacionales, Corferias en la Capital del país es un ejemplo claro de ello, pero y ¿qué está pasando en las ZNI que ocupan ni más ni menos que el 52% del territorio nacional, según datos del Instituto de Planificación y promoción de Soluciones Energéticas para Zonas no Interconectadas IPSE?
Para llegar a Cumaribo, en el departamento de Vichada es necesario vivir una verdadera travesía que implica en época de invierno días, por aire solo se puede optar por la siempre costosa Satena o vuelos no regulados chárter en pequeños aviones monomotores de seis puestos, donde difícilmente se viaja con alguna comodidad, es decir es muy complicado llegar, en este bello municipio, rodeado de hermosas aguas entre las que se encuentra los ríos Vichada, negro o el mismo Orinoco, viven comunidades indígenas ancestrales, tales como los kurripakos, integrados por cerca de 4500 individuos según datos de la ONIC, distribuidos también en los departamento de Guainía, y Vaupés, donde poco o nada se hace para mitigar los impactos del Coronavirus que cobras millones de vidas en el mundo.
No es momento de improvisar, en Bogotá que es la capital del país se advirtió por cuenta de la alcaldesa mayor Claudia López que de llegarse a superar la capacidad medica en las Unidades de Cuidados Intensivos se debería retornar a la cuarentena, hecho que sin duda lleva al ciudadano a cuestionar. Por eso la Fuerza Aérea Colombiana en compañía del Ministerio de Salud debe empezar a armar una estrategia que les permita a estas comunidades atención médica y hacer un candado para evitar que el mortal virus llegue a las comunidades indígenas de nuestro país.
El momento es ahora, se hace entonces necesario llamar de manera urgente a los médicos tradicionales de las comunidades indígenas para que manera conjunta con el personal médico científico se adopten mecanismo de mitigación, prevención y atención medica en estos importantes territorios colombianos para evitar la extinción infame de nuestros pueblos indígenas.
Deben hacer las inversiones, pero no para que se las roben los amigos de lo ajeno o en palabras del presidente Iván Duque “las ratas de alcantarilla” que tanto daño le hacen a nuestra sociedad, porque de llegarse a desviar esos recursos sin duda se reafirmaría el dicho popular en el que se asegura que: “la Corrupción mata más que el Coronavirus”. Nuestros pueblos hermanos ancestrales necesitan de nosotros y debemos empezar a coordinar donaciones masivas con el sector privado y los ciudadanos que quieran aportar a un cambio, el llamado es al Ministerio del Interior para que a través de él se coordinen las ayudas que son y serán necesarias en este difícil momento.
La defensa de los derechos fundamentales no pueden darse solo en los estrados judiciales, se hace necesario un cambio en el comportamiento social de cara a la indiferencia, no puede ser que la comunidad Emberá camine descalza en las calles de la fría Bogotá ante la inclemencia de una sociedad asustada, es momento de actuar de ayudarnos y de garantizar entre todos los derechos fundamentales, la protección de la vida misma como el más importante de todos y sin duda la prestación digna de servicios en salud necesarios para poder enfrentar este difícil momento.
Por ello se hace indispensable que parte de la población medica retorne a estos territorios con elementos de protección adecuada, con instalaciones de Unidades de Cuidados Intensivos o campamentos adecuados que les permitan a nuestras comunidades no desaparecer en el intento de evitar la lucha contra el COVID-19
