“Toda reforma, aunque sea necesaria, será llevada por los mediocres de mentes débiles a excesos que, a su vez, necesitará reforma”, son las palabras de Samuel Taylor Coleridge con las que el historiador César Vidal inicia el editorial del 2 de Julio pasado en su programa radial, La Voz.
La cita de Coleridge viene a cuento con referencia al reto que se viene, el de rehacer lo que ha resultado de las acciones realizadas a partir de medidas torpes y exageradas por parte de la mayoría de los gobernantes del mundo quienes, en lugar de crecerse ante la crisis, han mostrado su debilidad mental.
Un problema de salud pública mal manejado por los organismos encargados y por los mismos médicos, se convirtió en uno político desembocando en una grave situación económica. Vidal desmenuza el informe del economista Jonathan Tepper, defensor de la libre empresa que genera competencia, tan afectada ahora, y enemigo de los oligopolios que, al contrario, se están beneficiando de la situación, en el que queda al descubierto la farsa de la pandemia sustentada en la manipulación de la información y las cifras. Vidal hace un repaso de los hechos, comenzando por exigir terminar los confinamientos y retornar a la normalidad:
- Los niveles de inmunidad de rebaño, en el caso del coronavirus, son mucho más bajos de los que suele pensarse.
- Entre el 50 y el 60% de las muertes por el virus han tenido lugar en residencias de ancianos. En algunos países alcanza el 80%.
- En estados como Nueva York y California los ancianos infectados fueron llevados del hospital a las residencias contagiando a sus compañeros.
- La media de edad de los fallecidos, en la mayoría de los países, es superior a los ochenta años y, generalmente, con graves condiciones de salud preexistentes.
- No se ha protegido efectivamente a los ancianos y se ha impuesto confinamiento a quienes no tienen el menor riesgo de morir por coronavirus.
- En Estados Unidos el 42% de los muertos vienen del 0,6% de la población. En Canadá el 82% de las muertes han tenido lugar en residencias dé ancianos, en Nueva Jersey ha sido el 76%, en Florida y otros estados el 70%, el mismo porcentaje para Suecia.
- De manera injustificada la mayoría de los gobiernos sigue obsesionada con el falso riesgo de que toda la población se contagie y muera, mientras que a los ancianos se les ha tratado de manera equivocada.
- En general el virus no es mortal entre los menores de cincuenta años. En Suiza de un estudio de 33.000 casos de contagios solo se produjeron dos muertes en ese grupo y ninguna por debajo de los veinte años. La tasa de mortalidad entre los menores de cincuenta es apenas el 0,005%. En la mayoría de los países la media de edad supera los ochenta años y los fallecidos contaban con condiciones preexistentes. Porcentajes similares se encuentran en España, Irlanda y Estados Unidos.
- En este último de los 120.000 muertos alrededor de veinte fueron niños menores de quince años, lo que significa que mantener las escuelas cerradas supera los riesgos de abrirlas.
- Los niveles de inmunidad de rebaño son mucho más bajos que en otras enfermedades porque “la mayoría de la gente vive vidas aburridas viendo siempre a las mismas personas a diario”.
- El porcentaje de contagios anuales de gripa es de un 15% y en Estados Unidos es entre el 3 y el 11%. La última pandemia fue la del H1N1 que alcanzó al 4% de la población mundial. En Estados Unidos afectó a la tercera parte de su población entre abril de 2009 y abril de 2010 sin que se procederá a un confinamiento.
- La mayoría de la gente tiene inmunidad y defensas. El 80% de la población ni siquiera es susceptible de contagiarse de coronavirus. Solo el 15% de los que conviven con contagiados presenta síntomas.
- Occidente no tiene experiencia ni conocimiento para enfrentar una pandemia. Ese factor de incompetencia ha sido determinante en España, Italia y el Reino Unido dónde ha habido una mala gestión de parte de los médicos. En Oriente, en epidemias pasadas, los médicos lo hicieron mucho mejor que sus colegas occidentales con relación al coronavirus.
- A partir de lo anterior se confirma que los confinamientos han sido una pésima decisión. Es falso que sin confinamiento el virus va a matar a todos pero con él se están causando terribles males en lo económico, político y social.
- La mayoría de los países asiáticos no han impuesto confinamientos estrictos con resultados muchísimo mejores que los de España o Italia. Según estudios el aislamiento y la cuarentena a los sanos son inefectivos y poco prácticos, reflejando la obsoleta visión de cuando se sabía poco de epidemiología.
En conclusión, esas torpes y excesivas medidas, tomadas sin sustento científico sólido, no han impedido el avance del coronavirus pero si han traído terribles consecuencias. Donde el confinamiento ha sido relajado o inexistente se ha manejado mejor la pandemia.
Hasta aquí el repaso del informe de Tepper, tema del editorial de Vidal del que he realizado el anterior resumen, teniendo el cuidado de no alterar su contenido.
Ahora nos vemos obligados a rehacer lo que con torpeza se ha hecho. Es muy remoto que podamos esperar que quienes causaron el desastre, llevando a la ruina y a la depresión a millones, sean quienes arreglen el asunto. Cómo ciudadanos tenemos el derecho y el deber de manifestar nuestro desacuerdo siendo tantas las evidencias de los graves daños causados por excesos en las medidas, por el terror inducido y la represión aplicada durante más de cien días de injusto confinamiento. Llego la hora de exigir explicaciones y la de comenzar a rehacer lo hecho.