Ana Dolores Román

El día del agua merece otra mirada

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Marzo también es el mes del agua. Hace 29 años la Asamblea General de las Naciones Unidas eligió el día 22 de marzo para esta conmemoración, con el objetivo de que cada año se mantenga en la memoria su importancia para la vida y se concientice a más personas sobre los retos que enfrentamos para alcanzar el Objetivo 6 de los ODS, que busca garantizar la disponibilidad del agua, su gestión sostenible y saneamiento para todos.

Según estimaciones de la ONU, a pesar de que la gran mayoría de las actividades económicas y sociales dependen del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, aún 2.200 millones de personas en el mundo viven sin acceso a agua potable. Algunas causas son la falta de instalaciones de saneamiento gestionadas de forma segura  o la contaminación derivada de factores como desechos industriales, aumento de las temperaturas, deforestación e, incluso, la existencia de contaminantes emergentes como los antimicrobianos.  

Por ejemplo, hace pocas semanas la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) publicó los resultados de un estudio realizado en 258 ríos de 104 países, y encontró que en más de una cuarta parte de las ubicaciones seleccionadas existían ingredientes activos de fármacos, entre estos, antibióticos en altas dosis. 

Esto último es preocupante, puesto que la contaminación por antimicrobianos no sólo reduce los niveles de agua potable disponible, sino que aumenta la probabilidad de resistencia antimicrobiana (RAM) en seres humanos y animales; un fenómeno que la OMS ha catalogado como uno de los 10 problemas de salud pública más importantes del siglo XXI. Según la organización cada año mueren más de 700 mil personas por esto y, actualmente, el escenario es más complejo, ya que a 2050 la cifra podría aumentar a 10 millones, por la existencia de microorganismos resistentes a múltiples medicamentos.

Tanto en Colombia como en el mundo, la RAM es un problema multifactorial que va desde el uso inapropiado de estos medicamentos, hasta la prescripción sin control de las terapias antibióticas. En el caso de la contaminación del agua, lo que ocurre es que el líquido para consumo contiene residuos de antibióticos que terminan en las cuencas hídricas por la incorrecta disposición final de los embaces, y por la falta de plantas de tratamiento de aguas residuales que estén diseñadas para eliminar partículas antimicrobianas.   

Actualmente, estudios como del Instituto para Métricas y Evaluación de la Universidad de Washington, que fue publicado a finales de febrero en The Lancent, aseguran que la RAM ha emergido como una amenaza para la salud pública que requiere un plan de acción coordinado y rápido que permita abordarla de forma urgente. Es por esta razón que su atención y adecuado seguimiento debe ser una prioridad real para las personas y las instituciones, es nuestro deber aportar un granito de área para reducir no sólo la contaminación del agua por antimicrobianos, sino también la formación y expansión de “superbacterias” en el ambiente. 

Así, algunas acciones que podemos llevar a cabo son: reducir el consumo excesivo de antibióticos sin prescripción médica, muchas veces nos automedicamos sin completar el tratamiento o consumimos fármacos sin seguir las indicaciones de un profesional de la salud; concientizar al personal médico y no médico sobre este flagelo; crear mayores controles gubernamentales en el reciclaje y tratamiento de recipientes médicos, así como desarrollar más investigaciones sobre la contaminación antimicrobiana en acuíferos; y, finalmente, fomentar el adecuado y correcto lavado de manos, pues, aunque no parezca, esta es una excelente barrera para protegernos de bacterias que afectan nuestro organismo.  

Es claro que esta situación es uno de los grandes retos que tenemos como humanidad, pero, al mismo tiempo, debe ser una de las principales motivaciones para que, en consecuencia, desde nuestros hogares, comunidades y países, pasemos del qué al cómo a la hora de aportar a la existencia de agua potable para millones de personas, y reducir y eliminar la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos.

1. Naciones Unidas. Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

2. Naciones Unidas. Día Mundial del Agua.

3. Naciones Unidas. Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

4. OXFAM Intermón. ¿Cuáles son las principales causas de la contaminación del agua? 

5. Revista Ecosistemas. Antibióticos como contaminantes emergentes. Riesgo ecotoxicológico y control en aguas residuales y depuradas. 

6. PNAS. Pharmaceutical pollution of the world´s rivers. 

7. Revista Ecosistemas. Antibióticos como contaminantes emergentes. Riesgo ecotoxicológico y control en aguas residuales y depuradas. 

8. OMS. Resistencia a los antimicrobianos. 

9. Organización Mundial de la Salud. Informe para el secretario general de las Naciones Unidas. 

10. Enfermedades Infecciosas y Microbiología. Resistencia bacteriana: organismos del grupo ESKAPE.

11. Revista Ecosistemas. Antibióticos como contaminantes emergentes. Riesgo ecotoxicológico y control en aguas residuales y depuradas. Disponible en:

12. The Lancent. Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis.

13. OPS. Resistencia a los antimicrobianos.

14. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Preguntas y respuestas sobre la resistencia a los antibióticos.

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Ana Dolores Román
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