
La evolución de los conflictos en el Sistema Internacional ha generado la necesidad de fortalecer las fuerzas armadas de los estados estableciendo un framework basado en el abordaje del desarrollo cognitivo o la forma intelectual en cómo se estudia, analiza y soluciona eventos que ponen en amenaza la Seguridad de los estados. Un (re) pensar en las estrategias o soluciones emprendiendo elementos multidisciplinarios que ayudaran a proteger el interés nacional.
Los esfuerzos por robustecer una fuerza militar (en adelante FF.MM) no solo deben ir encaminados hacia su equipamiento o capacidad material, sino que también hay que dirigir un esfuerzo importante en la preparación cognitiva de sus líderes quienes desde la base de su formación profesional se involucran con la responsabilidad de la toma de decisiones y direccionamiento de las unidades en las que están a cargo. (Contexto que se presenta en el nivel de la guerra estratégica).
Precisamente fortalecer su cualidad de pensar va a permitir emplear de mejor manera el instrumento de poder militar que domina en apoyo a edificar una solución que contrarreste o prevenga algún tipo de amenaza a la institucionalidad y a su misión constitucional. Bajo este precepto, se fija la mirada en el pensamiento estratégico como esa competencia y/o habilidad transversal y necesaria que se necesita tener en cualquier tipo de conflicto y que, por su naturaleza y funcionalidad, facilita y se convierte en puente para acondicionar el entendimiento de escenarios en el que el decisor o líder requiere para argumentar su toma de decisiones y orientar eficazmente, su organización hacia el logro de sus objetivos e intereses.
Así mismo, el poder evolucionar en los atributos intelectuales y cognitivos va a encaminar un mejor empleo y priorización de tareas asignadas comprendiendo cada vez más su trascendencia y potencialidad a la que se puede llegar con sus competencias y habilidades.
Contrario a lo anterior, al no tener una interpretación clara del escenario en el que se actúa bajo un sentido estratégico, los planes y programas militares estarán en un estado de orientación basada en métodos lineales, cerrados y poco efectivos en atacar los flagelos de la Seguridad Nacional (los cuales tienden a mutar constantemente).
Por lo anterior, la necesidad de formar lideres para enfrentar los nuevos desafíos, amenazas y escenarios que atenten contra la Defensa y Seguridad Nacional serán fundamentales para profesionalizar la fuerza. En ese sentido, el pensamiento estratégico se convierte en un instrumento relevante para lograr la construcción de liderazgo, mostrando de esta manera, un mejor acondicionamiento de pensamiento y acción para blindar los fines esenciales del Estado.
“El pensamiento estratégico es un instrumento relevante para lograr la construcción de liderazgo”
Es por esto que el planteamiento de estrategias militares vive en un constante progreso (o evolución) debido a las necesidades que muestra los nuevos entornos de la guerra o el conflicto, por lo tanto, el perfeccionamiento de su pensamiento ayudará a construir competencias como el pensamiento reflexivo y crítico, permitiendo una ampliación del horizonte de acción y generando una mejor toma de decisiones ante un nuevo campo de batalla.