¿Colombia merece vivir en paz? por supuesto que si, pero ¿a qué costo? parece que el común denominador de las propuestas que contemplan un país en paz, gira en torno a la impunidad, a ríos de sangre a cambio de un perdón social, que busca negar a las víctimas, y sólo lavar las manos de los victimarios.
Luego de la extradición de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, los criminales del Clan del Golfo le han quitado la vida a 8 personas y han cometido 190 hechos violentos en 10 departamentos. Han querido intimidar al país como en el pasado, donde el narcotráfico llevaba las riendas de nuestra nación.
Pese a este mar de delitos que tiene a todo un país en vilo, el candidato que promueve perdones por doquier, confirma que de llegar a la presidencia propondría una especie de ‘paz integral’ con todos los grupos armados. ¿En qué cabeza cabe prometer en plena masacre, pactar una posible paz con estos delincuentes? Porque pese a que no ha dado nombres de aquellos grupos armados, es obvio, que estos criminales estarían incluidos, en la colada de segundas oportunidades, que según el mesías de Cienaga, debe haber en todas las sociedades “bajo los cielos de la tierra”.
Y es que paradójicamente aparece un audio de la madre de uno de los cabecillas del clan de golfo, pidiendo votar por Petro. Sin embargo para despejar dudas y no perder votantes, la campaña del pacto asegura que no recibe apoyo de bandas criminales. Me pregunto entonces ¿dónde queda el apoyo que abiertamente le ha demostrado el ELN, la primera línea y los presos de la picota? ¿esos criminales si son bienvenidos? ¿cuál será el filtro que usan los del pacto para los delincuentes que lo integran?.
También valdría la pena saber que hay en realidad detrás de todo esto. ¿Acaso el Clan del Golfo ha estado actuando en represalia, por la extradición de su líder? ¿O en realidad lo que buscan al igual que lo ha hecho el ELN, es generar una clima de tensión, para que los ciudadanos vean al señor de las bolsas como el único salvador que puede sacarlos de este espiral de violencia y llevarlos al supuesto cambio que ha prometido, pese a estar aliado con delincuentes de toda clase?
Lamentablemente, estamos ante una campaña donde los hampones y la violencia, buscan imponerse sobre las instituciones, la honestidad y la legalidad. Una campaña que busca quemar candidatos, pero no en las urnas, sino en persecuciones. Una campaña sucia, donde no hay juego limpio, sino un pacto manchado de sangre, narcotráfico y corrupción.