Ser periodista es tener la oportunidad de cambiar algo todos los días: Gabriel García Márquez.
Los periodistas siempre han estado en el ojo del huracán para bien o para mal. No creo que eso cambie en los próximos 50 años (o antes), cuando los sets de noticias estén llenos de robots. Lo que resulta preocupante y antipático es tener un concepto pobre de nosotros mismos o de los colegas.
En reciente columna de El Tiempo, el columnista Adolfo Zableh afirmó lo siguiente: “Yo estudié comunicación social, que es la carrera de los mediocres por excelencia, y la acabé en diez años en vez de cinco porque no quería parecerme a los demás; es decir, me creía un loco cuando en realidad era un bobo”.
Si el hombre se considera mediocre, quién soy yo para contradecirlo. Pero una cosa es la opinión que uno tenga de uno mismo y otra muy distinta meter en el mismo costal a Raimundo y todo el mundo, con la ligereza que él lo hace, a lo mejor –como señala alguien más adelante- queriendo posar de inteligente.
¿Tan bajo hemos caído? Con razón, un profesor de sociología les dijo a sus alumnos.
-"Estudien muchachos o van a acabar de periodistas".
La anécdota es de 2012. La contó el escritor y periodista Juan Villoro, cuando vino al país a la charla inaugural de la primera maestría en periodismo de la Universidad del Rosario.
Tachar de mediocres a todos los comunicadores –ahí los periodistas- es irresponsable e injusto; es desconocer de manera rampante el legado de figuras como don Guillermo Cano, Gabriel García Márquez, Germán Castro Caycedo o Antonio Caballero –de una lista inacabable- que nada tuvieron que envidiarles a los grandes reporteros del mundo, como tampoco hay mediocridad en aquellos que se juegan la vida prendiendo la luz “para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”, que en eso consiste el trabajo de los periodistas, según las enseñanzas del maestro Ryszard Kapuscinski (1932-2007), el extraordinario corresponsal de guerra polaco.
Tanto me molestó lo dicho por Zableh, que opté por buscar la opinión de voces autorizadas. Comencemos por recordar lo que dijo el maestro Javier Darío Restrepo, (1932-2019), experto en ética periodística, refiriéndose a los columnistas: “Opinar no es decir lo que a uno le venga en gana”.
María Victoria Pabón, presidenta de la Asociación Colombiana de Facultades y Programas Universitarios de Comunicación (Afacom) Su opinión en este audio.
Omar Rincón, investigador, crítico y catedrático: “No hay lío con eso. Cada uno hace las frases que lo hacen parecer inteligente. Y sí creo que (a) los periodistas debemos ser autocríticos (no echarle la culpa a los demás o a lo que uno estudió) y b) que las facultades y profesores de periodismo debemos ser autocríticos (y no lo hacemos)”.
Mauricio Sáenz, ex editor central de la revista Semana. “Estoy de acuerdo con Adolfo en que estudiar Comunicación, así como otras carreras del campo de las Humanidades, es relativamente más sencillo que, por ejemplo, Medicina, Ingeniería o Astrofísica. Eso atrae a algunos mediocres que buscan tener un título universitario sin tanto esfuerzo. Pero que sea fácil de estudiar no significa que sea fácil de ejercer”.
Oscar Durán, profesor de Comunicación Social y Periodismo (Universidad Jorge Tadeo Lozano) y director de CrossmediaLab. “No creo que la mediocridad sea exclusiva del periodismo y la comunicación; esa es, tal vez, una cualidad general de los colombianos. Nos gusta todo aquello que signifique el menor esfuerzo y el camino fácil. Hay mediocridad en todas las áreas del conocimiento, pero también hay dignidad y sentido humano en casi todas, luego el debate no debe estar en si el periodismo o la comunicación son las carreras de los mediocres, sino qué tan digno o humano es el periodismo en Colombia, y en ese sentido basta con ver en las regiones el tipo de periodismo que hacen los reporteros y reporteras que todavía creen en su oficio, a pesar de los ataques permanentes de quienes piensan o pontifican desde la comodidad de un escritorio”.
Hugo Sierra, secretario del CPB. “Esta es una profesión de carácter social que merece respeto y admiración por la misión que cumple para construir una sociedad igualitaria y democrática.
Si el columnista Zableh considera que después de estudiar 10 años comunicación social es un mediocre, eso no le da ningún derecho a descalificar a quienes pasaron por la academia para prepararse en el ejercicio del periodismo y seguramente salieron mejores profesionales que él.
Desde el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB), la agremiación más antigua del país, conformada por muchos empíricos, siempre se ha promovido la profesionalización para que el periodismo y la comunicación se ejerzan acatando las buenas prácticas y el conocimiento se amplíe a otros campos.
El llamado de atención es para las facultades de comunicación social a que actualicen sus planes de estudio y examinen qué tipo de enseñanza están impartiendo a los estudiantes para que haya convergencia hacia las nuevas formas del quehacer periodístico”.
Claudia Palacios: “Si bien desde que estaba estudiando comunicación social me di cuenta de que el pénsum era insuficiente y deficiente para ejercer el periodismo, no creo que sea la carrera de ´´los mediocres´´. El buen periodismo exige rigor, análisis profundo, trabajo de ´´orfebre´´, nada más alejado de la mediocridad. Quienes tienen la voluntad y la pasión para ejercerlo así, sin duda cultivarán mejor su talento para el oficio si estudian algo diferente a Comunicación Social. Por ejemplo, algo que ofrezca herramientas más tangibles, como Economía; con algo que entrene el pensamiento, como Filosofía”.
El debate queda servido. Ah, y feliz día del periodista (9 de febrero). Para cerrar, unos ejemplos de buen periodismo hecho en Colombia. Juzguen ustedes.
Por orden alfabético:
Recórcholis: Bienvenida en febrero la nueva revista Cambio en versión digital, bajo la dirección de Federico Gómez Lara.
Próxima columna: Los pecados de la prensa colombiana.
