
La excelencia no tiene límites y para eso se requiere inteligencia, voluntad, decision y libertad. Un ser humano excelente es aquel que influye en los demás de manera positiva, que busca el bien de quienes lo rodean y de si mismo. La excelencia es saber amar, saber ser amado, dar a los otros, con pulcritud, lo que se merecen, así como saber recibir y ver las cualidades de los otros, buscando permanentemente el bienestar general. La excelencia es saber servir y por lo tanto saber vivir.
Cuando una persona es excelente como ser humano, es porque está en constante desarrollo, porque sabe comunicar, sabe aprovechar las oportunidades y transformar las dificultades en acciones positivas en beneficio de todos, desarrollando su potencial, sin perder tiempo buscando excusas o razones para demostrar que algo no se puede hacer.
La excelencia se construye sobre la base de un mejoramiento continuo, con autoestima, con responsabilidad, con pensamiento de largo plazo, con ética, con ambición al buscar siempre ser mejor compartiendo conocimiento. Pretender siempre algo más, querer e intentar ser mejor cada día, es tener espíritu de superación para andar por el camino hacia la excelencia.
Algunas personas se distinguen por basar su vida en sólidos valores, andar con actitud positiva y proactiva, que apuestan por el éxito en todas las actuaciones de su vida familiar, social, educativa, laboral y deportiva, por eso cuando se vive en un continuo anhelo de superación, se convierte en una fuente de inspiración para otros, convirtiéndose en personas que hacen la diferencia que marcan la diferencia.
De esta misma manera, la excelencia empresarial que podría definirse como el conjunto de actuaciones sobresalientes para alcanzar resultados extraordinarios, mediante una estrategia que debe aplicarse, en cualquier tipo de empresa independientemente del sector o tamaño, centrada en el talento humano como pieza fundamental para optimizar los resultados a través de sistemas de gestión de calidad en cada unidad de negocio con el objetivo de mejorar la experiencia de los usuarios, con productos innovadores y posicionarse como empresa atractiva para el talento humano (Great Place to Work).
Además de los anteriores objetivos para lograr la excelencia empresarial, es importante desarrollar una estrategia competitiva que permita ampliar mercado, al implementar sistemas de gestión ágil de proyectos y la planificación de situaciones de crisis, apoyados por la transformación digital, con un enfoque en los clientes internos y externos de la empresa.
El enfoque al cliente es imprescindible, por eso evaluar constantemente la satisfacción de los clientes, se hace imprescindible, ya que realizar ajustes constantemente, lograr conocer las necesidades cambiantes del cliente, entender lo verdaderamente inportante para el cliente, y que el servicio o producto en realidad aporte valor, así se encausará la empresa hacia la excelencia. Para esto cada trabajador debe involucrarse con esta estrategia mejorando sus actuaciones, para mejorar su productividad, que también aporta al resto de la empresa.
Para esto se puede dividir la empresa en dos dimensiones. Una es la dimensión estratégica o de ámbito externo, dirigida a crear productos y servicios innovadores, útiles para la sociedad en general, que engloben la calidad para satisfacer los requerimientos del consumidor, y de otro lado, una dimensión de ámbito interno, representada por valores organizacionales, que al unificar las dos dimensiones se puede asegurar un mayor nivel de excelencia. En un mercado global como el actual, donde las empresas ofrecen productos con características similares, aunque los diferencie la esencia, es la excelencia la que genera el valor diferenciador.
Los cambios que se están experimentado en el mundo, son resultado de una exigencia social, económica, política y cultural, también motivados por la pandemia, cambios que se han dado de manera vertiginosa, por esto es importante que las empresas tengan la capacidad de cuestionar y evaluar lo qué sucede internamente y en la eventualidad de encontrar que no han podido alcanzar la excelencia, es importante encontrar la causa raíz que está provocando ese alejamiento de la calidad y solucionarlo rápidamente, para continuar compitiendo y transformando la empresa con en fin de adaptarse a los cambiantes requerimientos del mercado.
Por lo tanto es fundamental, para lograr la excelencia, contar con una dirección estructurada que permita construir una hoja de ruta clara, transformadora, inclusiva y diversa, que ofrezca confianza al mercado, a los clientes, a los grupos de interés y a la comunidad en general, y promueva al país.
Por eso para alcanzar la excelencia se requiere de un liderazgo integro, empático, ejemplar, disciplinado, transparente, que se centra en el talento humano y que estén convencidos que son la clave para la transformación de la empresa. Debe ser un líder transformacional que rompe con el status quo, que no teme afrontar riesgos e impulsa la creatividad.
Así mismo debe ser un líder ágil que optimice los procesos al tomar decisiones rápidas, evitando la dispersión, focalizando al equipo y preparándolo para trabajar bajo condiciones de cambio volátiles, siendo flexibles para entender la diversidad y que promuevan el cuidado del medio ambiente y enfocados en ser una empresa sostenible y excelente.
Tenemos que seguir construyendo el país y ser excelentes en nuestro actuar, somos un solo país con una diversidad cultural, territorial y de opinión, por eso aceptar esas diversidades es lo que nos llevará a ser un gran país. Criticar por criticar sin construir lleva al desastre, por eso debemos criticar con ideas y soluciones, proponer y aceptar la diversidad de opiniones, desde el respeto para llegar a acuerdos que nos lleve hacia la excelencia como sociedad.