Expedición fatal Magallanes - El Cano - Parte I

Nuestro majestuoso Velero ARC “Gloria” buque escuela e insignia de la Armada Nacional Colombiana (armado en Bilbao, España en 1967), ha surcado todos los mares del orbe y ha realizado par veces la vuelta al mundo, años 1970 y 1997. En la primera el derrotero se trazó por el sur en dirección “Levante” y en la segunda vía trópico en rumbo “Poniente”. Participé en la primera circunnavegación en calidad de cadete y estuvimos además del Atlántico sur, por el Indico tocando las mismas longitudes y latitudes de la Nao “Victoria”, o sea los “40 Rugientes” (o Bramadores) y el Cabo de las Tormentas, asunto en el que me referiré más adelante, llegando a los mares del sur (Océano Pacífico) y a atracamos en Valparaíso (Chile). En 1973, como oficial recién graduado de la Armada, estuve en las islas Canarias, donde Magallanes reaprovisionó su flota y esperó a que los portugueses siguieran de largo en rumbo meridional. En 1987, trece años después, ya como Segundo Comandante de nuestro buque escuela, repetimos singladura a “Río de Enero” (Janeiro en portugués), volvimos a soportar los “Pamperos” en el río de la Plata y nos adentramos en el estrecho de Magallanes por primera vez, saliendo a la altura del cabo Deseado y penetrando en los canales patagónicos. En el año de 1988, repitiendo como Segundo, ahora con destino a la Polinesia, recalamos en el archipiélago de las Tuamotú, por donde cruzaron las tres naos sobrevivientes de lo que quedaba de la Armada del Moluco y degustamos la “Betle Nut” en Papúa Nueva Guinea, cerca de las Filipinas. Así pues, la fabulosa historia de Magallanes y Elcano, se ha mantenido grabada en mi mente y alma de marino, razón por la cual me atrevo a escribir una crónica por etapas sobre esta histórica gesta. Estando en Lisboa visité el museo del mar donde me enteré de importantes hechos desarrollados por los navegantes de esa época. Periplo en el que también visité España y en Madrid el fantástico museo naval y en Sevilla, mientras degustaba un café en la “Torre del Oro”, contemplaba el río Guadalquivir de donde partió dicha Armada. Es menester aclarar que también he consultado escritores de respetada pluma a quienes a me permito mencionar junto a su destacada obra literaria: Stefan Sweig, en su libro “Magallanes”, Patricia Cerda con “Bajo la Cruz del Sur”, Mauricio Obregón en “De los Argonautas a los Astronautas” y Rafael Marín en su obra “Victoria-La Odisea de Magallanes y Elcano”, He de advertir que todos ellos han basado sus escritos en Antonio de Pigafetta, cronista y lenguaraz (sic) de esta expedición, del quien hablaremos más adelante.

Traigo a colación las palabras de uno de mis tripulantes, a quien, durante alguna de las faenas marineras, le escuché decir: “Los momentos vividos, esa bitácora de vida hace a las personas diferentes. Pocos pueden reunir una serie de eventos interesantes y contar una historia”. Así que, a soltar amarras, largar velas y a comenzar el derrotero de nuestra crónica:

Expedición fatal Magallanes - El Cano - Parte I

La expedición (fatal la llamo yo) de Magallanes y Elcano fue la primera en "recorrer y descubrir toda la redondeza del mundo" (sic) según palabras del propio Juan Sebastián de Elcano. Acontecimiento ocurrido entre 1519 y 1522, cuando los medios de navegación eran aún primarios y limitados, y la vida a bordo de aquellas arcaicas naves carecía de cualquier comodidad o seguridad. Además, se trataba de un viaje hacia lo desconocido lleno de peligros y sin posibilidad de recibir auxilio alguno.

Cito las palabras de Tomás Mazón Serrano en su página digital “www.rutaelcano.com” donde a la letra señala: “… debemos siempre tener presente que esta hazaña solo fue posible gracias a unos hombres muy especiales, de un arrojo excepcional, con un conocimiento del mar extraordinario, un alto sentido del deber y del honor que les hizo continuar hacia adelante sin abandonar, y de una capacidad de sacrificio que les permitió resistir un modo de vida extremo, casi terrorífico, durante los tres años que duró la expedición. [..] que, durante el viaje de retorno, la ilusión por poder contarlo, por saberse entrar en la Historia de la Humanidad, y por poder llevar una vida holgada en adelante, tuvo que ser el alimento de todos ellos, más que el arroz hervido con agua de mar que los supervivientes tenían entonces por única comida”. ​

Tenemos entendido que, dar la vuelta al mundo no formaba parte del plan inicial; explicaré en seguida los objetivos fundamentales que el rey don Carlos I había encomendado a Magallanes, Capitán General de esta armada:

  • Continuar la exploración de la costa sudamericana en busca de un paso por mar hacia el Poniente que permitiera avanzar hacia las verdaderas Indias orientales. El mar al oeste de América había sido descubierto por Vasco Núñez de Balboa tan solo 6 años antes, atravesando por tierra el istmo de Panamá. Por entonces, la costa atlántica sudamericana explorada hasta el Río de la Plata, sin haber encontrado ningún paso hacia el ocaso. ​

  • Una vez se descubriera el paso al Oriente por el poniente, la expedición debería dirigirse a las islas de la Especiería, o Islas Molucas (también llamadas simplemente Maluco o Moluco), en las cuales se producían las muy cotizadas especias. Al hacerlo navegando siempre hacia esa dirección, se evitaría incumplir el Tratado de Tordesillas, el cual describiré más adelante.

Sobre las Molucas poco se sabía, salvo que se encontraban a la altura del ecuador más allá de la India en dirección Este, y era el lugar donde se producían la pimienta, canela, jengibre, clavo, nuez moscada, etc., es decir, las especias, esta cosecha vegetal aromática que sirve de condimento y que en la Edad Media alcanzaban precios astronómicos en Europa, ya que permitía la ingesta de carnes que, por ser saladas durante su conservación, perdían el gusto del que hoy gozamos. El comercio tradicional de las especias, a través del Oriente Medio, era ejercido casi de manera exclusiva por los árabes que las traían desde su origen, y más tarde a través del Mediterráneo, por mercaderes venecianos principalmente, pero siendo bloqueado por el emergente imperio turco.

Para entender más y mejor el entorno del viaje de Magallanes que culminó siendo la primera circunnavegación marítima del globo terrestre, es necesario ver lo cambiante en cuanto a los contextos geopolíticos de la época como también el nuevo orden mundial que se suscitó a finales del siglo XV e inicios del XVI.

Buscando información acerca de esos periodos de la historia, encontramos los nombres de dos modestos reinos que se volvieron poderosos, consecuencia de sus conocimientos náuticos y sus atrevidas travesías, el de Portugal y el de Castilla y Aragón recientemente establecido por el matrimonio entre Isabel de Castilla y León y Fernando de Aragón, se debe tener en cuenta que otros dos reinos de cierta importancia como el de Inglaterra que venían de la “Guerra de las dos Rosas” en el caso del primero y el de Francia de su “Guerra de los Cien Años”, estaban fuertemente golpeados económicamente y carecían para entonces del peso necesario para ejercer algún tipo de influencia a los dos anteriormente nombrados; del resto de países o reinos de Europa no hay mucho que decir, los venecianos enfrentados a los turcos por el comercio del mediterráneo, los turcos recién habían relegado a los árabes y habían establecido el Imperio Otomano y a su vez, los árabes habían salido de España luego de siete siglos de ocupación en los cuales dejaron un gran legado cultural y hermosas joyas arquitectónicas.

Recordemos que en 1492 son expulsados los árabes y ese mismo año, los reyes católicos patrocinan la aventura de Colón más por intereses comerciales y políticos que por el provecho mismo de los descubrimientos, toda vez que, con la caída de Constantinopla, cuatro décadas atrás a manos del Imperio Otomano, la ruta a oriente había sido bloqueada. Colón, entonces, reafirmaba lo que desde Tolomeo se aseveraba que la tierra era redonda, o al menos como un huevo, y en su propuesta decía poder llegar a las Indias, sitio desde el cual se importaban las especias a Europa, productos estos que eran la mercadería de mas alto valor en la época. Sin embargo, estudiosos de la geografía consideraban que la duración del viaje superaba la autonomía de las embarcaciones de la época y por ello imposible de realizar. Entretanto, los portugueses navegaban por el Atlántico hacia el sur hasta descubrir a finales del siglo XV el paso hacia el indico y con este, la ruta a las islas de las especias, como lo describiremos posteriormente.

Continuará el 12 de noviembre...

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